Una de cada tres españolas en edad de riesgo de sufrir un cáncer de mama, entre los 50 y 65 años, no se hace las mamografías recomendadas cada dos años para descartar la enfermedad o conseguir un diagnóstico precoz, que reduce 30% la mortalidad de las afectadas, según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

Sólo en el año 2007 fallecieron por este tumor en España cerca de 6.000 mujeres, lo que le convierte en la primera causa de mortalidad por cáncer en la población femenina.

Así se desprende de un estudio realizado por la Asociación Española contra el Cáncer, presentado el jueves pasado junto con siete sociedades científicas en rueda de prensa.

Este tipo de cáncer es el más frecuente en la mujer, con una incidencia anual de unos 16.000 casos en España, el 30% de todas la patologías oncológicas femeninas, según la presidente de AECC, Isabel Oriol.

Aproximadamente, una de cada ocho mujeres presentará esta enfermedad a lo largo de su vida, aunque la supervivencia ha mejorado "notablemente" en los últimos veinte años.

Durante la rueda de prensa, el doctor Ismael Herruzo, de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), hizo hincapié en que la detección precoz y la mejoría de los tratamientos permiten que la supervivencia a los cinco años del diagnóstico sea del 80%.

Aunque el diagnóstico precoz es la mejor medida para luchar contra esta enfermedad, según los expertos, el estudio realizado por la AECC confirma que el 33% de las mujeres no acuden a las pruebas recomendadas.

El informe revela las causas por las que las mujeres se olvidan de las mamografías, entre las que destacan la falta de accesibilidad a los programas de cribado, la deficiente atención al usuario, los problemas de citación y recordatorio así como los horarios, según Vicente Guillem, miembro del Comité Técnico de la AECC.

Variables como la edad y la cultura influyen en esta actitud, ya que acuden más a las mamografías las mujeres jóvenes y cultas que las adultas y con menor formación.

Miedo

El miedo a la posibilidad de sufrir un cáncer o la percepción negativa que se tiene de esta prueba, "sencilla y que generalmente no dolorosa", según el doctor, son otros factores que retraen a la población femenina.

Las mujeres alegan también problemas en el ámbito laboral, por ejemplo, las dificultades que encuentran para ausentarse de su puesto de trabajo y acudir a los programas de cribado.

Por este motivo, la presidenta de la AECC hizo un llamamiento a las Consejerías de Sanidad de todas las Comunidades Autónomas para que faciliten y promuevan estas pruebas en los servicios sanitarios.

Dieta y ejercicio

Benjamín Abarca, de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), por su parte, recordó que cada mujer puede reducir su riesgo de forma individual con "pequeños cambios" en su estilo de vida.

En este sentido se ha referido al abuso del alcohol y el tabaco, a la obesidad y a la necesidad de tener una dieta adecuada y practicar ejercicio diario, al menos treinta minutos cinco veces a la semana.

Abarca también recordó que las féminas con antecedentes de cáncer de mama en la familia, que no hayan tenido hijos o los hayan tenido tarde, con menstruación precoz o menopausia tardía parecen tener una mayor predisposición de sufrir esta dolencia oncológica.