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"Había una mesa debajo de un árbol delante de la casa, y la Liebre de Marzo y el Sombrerero Loco estaban tomando el té: una Lirona estaba sentada entre ellos, y se quedó dormida enseguida..." Así comienza el capítulo en el que Lewis Carroll descbire la más alocada merienda de la historia. Ayer, las lolitas valencianas-tribu urbana procedente de Japón en el que las chicas parecen muñecas de porcelana victorianas- recrearon la escena en Mercado de Campanar.

No faltaba de nada: teteras, naipes, conejos blancos y galletas glaseadas con la leyenda "cómeme". Incluso un disfraz del gato de Cheshire. Estas chicas idolatran al personaje de Alicia, es su icono y una de sus fuentes de inspiración. El diseñador de moda lolita Fidel David logró congregar a la tribu con motivo del estreno de la nueva versión cinematográfica dirigida por Tim Burton. "La silueta de Alicia -explica Fidel- es totalmente una lolita".

Amparo explica que su vestido -a rayas rojas y blancas con blusa con puntillas- más zapatos y bolso (de peluche) le había salido por unos 400 euros. Ser una lolita es caro. A menudo compran por internet. El look completo se reserva a las ocasiones especiales. Pero cada día visten con su "toque" (un lazo o una diadema). ¿Qué es ser lolita? "Además de la estética -apunta Amparo (22 años), de la subtribu ghotic-fomentar algunos rasgos como la educación, la feminidad sin llegar al machismo, eso nunca, la inocencia y la dulzura".

Los góticos son otra tribu urbana distinta, pero se llevan bien. Ayer acudieron a apoyarlas. Comparten la era victoriana como inspiración y ven en Burton una estética próxima, pero ellos sólo visten de oscuro, en blanco y negro. También acudieron niños. Una pequeña salió del baño gritando "Mamá, he conocido a Alicia".