Por miedo al diagnóstico y a la prueba en sí, pero también por desconocimiento, cerca del 17% de las mujeres de entre 50 y 69 años, el tramo de edad con más riesgo de desarrollar la enfermedad, sigue sin hacerse una mamografía, lo más efectivo para prevenir el cáncer de mama.

Esta enfermedad, que en 2008 provocó la muerte de unas 6.000 mujeres, representa el tipo de cáncer más frecuente entre las féminas, con una incidencia anual de más de 22.000 nuevos casos en España.

Son datos de un estudio, el primero del Observatorio del Cáncer, según el cual es en Ceuta y Melilla, Extremadura, Castilla y León, Asturias y Madrid, por este orden, donde viven más mujeres que, pese a estar en edad de riesgo, no se hacen una mamografía preventiva.

En el caso de las dos ciudades autónomas, el porcentaje alcanza casi el 50%, en Extremadura es del 24,1%, del 21,1% en Castilla y León, del 19,4% entre las asturianas y del 19,4% en las madrileñas. Por el contrario, las que viven en el País Vasco y Navarra son las más concienciadas, con porcentajes, respectivamente, del 4,7 y 5.

El Observatorio del Cáncer es una iniciativa de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), cuya presidenta, Isabel Oriol, ha dicho hoy, al presentar el estudio, que la mamografía debe ser para cualquier mujer sinónimo de salud, nunca de enfermedad. Así lo entiende ya el 83,6% de ellas.

La doctora Leticia Moral ha destacado que ocho de cada diez mujeres nacidas en España y de esas edades cumplen la recomendación de hacerse una mamografía cada dos años, mientras que entre las de origen inmigrante son seis de cada diez.

El perfil de quienes aún rechazan someterse a una mamografía para prevenir una enfermedad que desarrolla una de cada ocho a lo largo de su vida, es el de una persona con un bajo nivel educativo, como bajo es también el socio-cultural, y ocupadas mayoritariamente en el cuidado de personas con discapacidad.

"Entre las inmigrantes -ha informado la doctora Moral- son mayoría las procedentes del norte de África, por razones de índole cultural y religioso, y en menor medida las latinoamericanas, más concienciadas".

Se da la paradoja, ha apuntado, de que son reacias a acudir al ginecólogo, pero "sin embargo van frecuentemente a la consulta de su médico de cabecera".

La AECC ha dado a conocer su estudio cuatro días antes de la celebración, el próximo 19, del Día contra el cáncer de mama, motivo por el cual quiere insistir, con una campaña publicitaria, en que una mamografía periódica y los avances en los tratamientos "permiten tasas de curación del 90%".

Anualmente, según la Asociación, se incrementa en un 1,4% la supervivencia por este tumor, como positivo es también que al disponerse de más información, más diagnóstico precoz y más avances en los tratamientos la supervivencia global a los cinco años del diagnóstico sea del 82,8% en España, por encima de la media europea.

La campaña de la AECC quiere, pues, convencer a esas mujeres que por miedo al diagnóstico -"si lo tengo, prefiero no saberlo", se dicen muchas-, por miedo al dolor -no es una prueba cruenta, pero sí dolorosa y poco agradable, reconoció la doctora Moral-, o por falta de credibilidad en su efectividad, entre otras muchas excusas, no se la hacen.

El 5,4% de las 500 que fueron preguntadas para el estudio, y que no se la hacen, dijo no saber cuándo es el momento, el 13,4% afirmó que era cada seis años o más, muchas mostraron dudas sobre la edad mínima recomendada para la prueba diagnóstica y muchas también no ocultaron una carencia absoluta de información. "Prefieren -ha advertido Leticia Moral- no acudir al especialista hasta que no se manifieste claramente algún síntoma".

María Jesús Cano, que ha superado el cáncer de mama que le fue diagnosticado cuando tenía 40 años, ha puesto rostro a la campaña. Lo ha pasado mal -"lo peor fue perder el pelo con la quimioterapia", reconoce-, pero ahora, ganada la batalla, hace vida normal y se ha hecho voluntaria de la AECC.

"En noviembre tengo revisión con el oncólogo. Paso miedo, lo reconozco, pero estoy feliz", afirma María Jesús, que anima a todas las mujeres en edad de riesgo a cumplir a rajatabla con las revisiones ginecológicas y, sobre todo, a hacerse periódicamente una mamografía.

Una prueba con un alto grado de eficacia, entre el 85% y el 95%, destaca el doctor José Manuel Bajo Arenas, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, partidario de rebajar la edad para las primeras mamografías y alargarla más allá de los 69 años.

Carlos Vázquez, presidente de la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria, ha reclamado una atención multidisciplinar y "de primera calidad" para todas las enfermas de cáncer de mama.