Ferran, usted aseveró que no abriría un nuevo restaurante.

Ferran Adrià: Sí, pero no abrimos un restaurante, este es otro concepto y hay que conceptualizarlo. Cuando cerramos El Bulli, Albert decidió hacer un proyecto que hiciera llegar su filosofía a más gente, una especie de prêt- à- porter. Creó el concepto de gastrobar, que se ha expandido por toda España y yo soy la vanguardia y retaguardia. Él es el yin y yo el yan de los proyectos que tenemos.

Explique qué es Heart.

F.A: Estoy aquí porque Albert quería que formase parte de este proyecto y porque conozco a Guy Laliberté desde el año 2000. Siempre hemos querido hacer cosas juntos. Íbamos a hacer un hotel en la Torres Gemelas de Nueva York pero no se pudo concretar, obviamente. También un hotel en Polinesia, pero siempre surgió algún problema y en esta ocasión decidí estar en el proyecto porque me apetece trabajar con Guy.

¿Cómo os habéis involucrado en Heart?

Albert Adrià: Estos un proyecto a 24 manos donde trabajamos en colaboración con Patricia Urquiola desarrollando estéticamente el proyecto, con Cirque du Soleil y Guy. Es una continua evolución de un concepto que a priori era muy sencillo pero debido a la complejidad de trabajar con tanta gente, en espacios diferentes, atendiendo horarios distintos, se ha complicado el concepto. La Terrace es un espacio para vivir una idea diferente y abajo tenemos The Workshop, más gastronómico y con el escenario.

¿Cuál es el concepto gastronómico?

F.A.: Albert ya ha desarrollado otros conceptos con Tickets. Trabajar con el Cirque du Soleil es impagable y Guy quiere promocionar el arte. Lo realmente difícil ha sido conjugar arte, música, gastronomía y espectáculo, porque el espectáculo es todo y el cliente forma parte de ello. No ves el espectáculo sino que formas parte.

A.A.: No queremos hacer volumen con el máximo de gente posible porque la gastronomía tiene un límite y no es tan fácil dar de comer a 400 personas y que vivan una experiencia única al mismo tiempo. Una cosa es comer y otra vivir una experiencia. Guy quería ir más allá del concepto de gastronomía.

Hay una parte curiosa de street food en Heart.

A.A.: Partimos de la idea de hacer comida, música y arte de la calle. Tenemos música, gastronomía y arte en una caja controlada, por eso hay carros de comida, la variedad y la diversión de los mercados. El hecho de tener competencia resta calidad a la propuesta, menos en Asia.

¿Qué tipo de elaboraciones culinarias ofrecerán?

A.A.: Hemos trabajado para que las 35 elaboraciones que la gente pueda comer sean muy originales, desde los dim sun, postres, helados, tacos de horno a carbón o una tortilla hecha al momento en forma de bola con cocción especial.

Esto requiere de instrumentos especiales y tecnología.

A.A.: Hay varias técnicas innovadoras como una máquina que se llama taco yaki para hacer el 'tacos pulpo'. Podemos cambiar las elaboraciones con principios físicos muy interesantes que nos permiten hacer cosas impensables y muy divertidas de ver.

Hasta la vajilla juega su papel.

F.A: Es una historia diferente, Patricia ha hecho unos carros para la comida, diseñado una vajilla... Creo que la gente se divertirá mucho en Heart. No habrá cubiertos sino unas pintas como las que creamos en El Bulli que le dan una connotación asiática y muy informal. Puedes comer mucho o poco, lo que quieras, pero muy especial. Lo más difícil fue no hacer un restaurante típico con carta y menú, así que creamos dos mundos gastronómicos. Desde el jamón hasta las ostras.