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Un agricultor de Tous, Miguel Estarlich, falleció el pasado sábado por la mañana tras sufrir un ataque al corazón al ser atacado por un jabalí atrapado en una trampa ilegal en un huerto de naranjos de su propiedad, sito en la partida la Garrofera de Guadassuar. Aunque el hombre tenía heridas de colmillo en la ingle y en otros puntos del cuerpo, el forense ha determinado que la causa del fallecimiento fue una insuficiencia coronaria. Aún así, es la primera muerte que se produce en el marco del ataque de un animal salvaje en Valencia en mucho tiempo.

Estarlich, junto a quien fue encontrada una azada que usó contra el cerdo salvaje, fue golpeado por éste después de que éste se quedara "enganchado" en una "especie de lazo de acero", describieron fuentes policiales. Conocidos del fallecido y aficionados a la caza creen que la trampa fue colocada por algún cazador furtivo, si bien lo habitual es que ese tipo de lazo se ubique en el monte y no en un campo de cultivo.

Antes de morir, el agricultor tuvo tiempo de llamar al teléfono móvil de su hijo para avisarle del suceso y advertirle de que las heridas que le había provocado el animal eran graves. Cuando su hijo, que trabajaba en un campo cercano, llegó a la Garrofera acompañado de un conocido Estarlich ya había fallecido.

En un primer momento, se barajó la posibilidad de que el hombre hubiese muerto por las heridas que le infligió el jabalí -llegó a causarle desgarros en la ingle-, pero los antecedentes de dolencia cardiaca del hombre y el tipo de herida hicieron pensar desde el principio en la posibilidad de la insuficiencia coronaria como causa del fallecimiento, algo que ha confirmado la autopsia. De hecho, Miguel Estarlich, que tenía 62 años, llevaba una vida más reposada desde que le fueron detectados los problemas de corazón.

Las fuentes antes citadas explicaron que el agricultor trató de ahuyentar al jabalí de su propiedad pero el animal reaccionó con violencia al sentirse atrapado y atacado. Cuando el hijo del agricultor llegó, el cerdo salvaje ya había logrado liberarse y se había ido, aunque se encontraron las huellas de sus pisadas y pelo en los alrededores.

Una plaga en los últimos años

Nada más conocer el accidente, la Unió de Llauradors, de la que Estarlich era delegado en Tous, reclamó medidas para acabar con la proliferación de jabalíes en los montes valencianos. El sindicato agrícola calificó de "plaga" la abundancia de cerdos salvajes en terrenos rústicos y alertó de que cada vez se aproximan más a los núcleos urbanos.

La Unió remarcó que, al igual que ocurre con otros animales cuya población ha crecido mucho en los últimos años por falta de predadores, como es el caso del conejo, los jabalíes provocan importantes daños en los campos de cultivo. El sindicato recordó ayer que ha solicitado en reiteradas ocasiones a las consellerias de Agricultura y de Medio Ambiente que actúen de forma conjunta para paliar los efectos negativos de la fauna salvaje sobre los cultivos y que el plan de actuación que les han sugerido fue recibido con agrado, pero "pasa el tiempo y no se hace nada hasta ocurrir siniestros como el del pasado sábado".

De hecho, raíz del aumento de población de este tipo de animales, el Ayuntamiento de Tous encomendó a la empresa Iberdrola la caza mayor en su término y la realización de batidas para rebajar el número de jabalíes y otras especies que lo pueblan. Fuentes del consistorio dijeron que en el último año se han realizado ya tres batidas, pero que, aún así, el número de jabalíes sigue siendo "muy elevado".

Delegado de la Unió de Llauradors y concejal

Miguel Estarlich, de 62 años, era el menor de tres hermanos y una persona muy conocida en Tous, al haber estado ligado a la política del municipio y ser actualmente delegado de la Unió de Llauradors en Tous. "Miguel ha hecho mucho por este sindicato", destacó José carlos Martínez, secretario general de la Unió en la Ribera. Además, hace aproximadamente dos décadas fue concejal en el Ayuntamiento de Tous en las filas del Centro Democrático y Social. Sin embargo, quienes le conocían aseguran que en los últimos años apenas participaba en actos sociales y tampoco practicaba la caza debido a sus dolencias cardiacas.