La Audiencia de Valencia ha impuesto 23 años de prisión al joven acusado de violar, esclavizar y prostituir a un menor durante dos años. La víctima tenía quince años de edad y procedía de una familia desestructurada. El acusado acogió al menor en su casa como si fuera su esclavo.

Los hechos comenzaron a ocurrir en marzo de 2008. Desde el inicio, según recoge la sentencia, el acusado abusó sexualmente del adolescente a pesar de que él le decía que no le gustaban los hombres. El imputado pegaba habitualmente a su víctima y en una ocasión le colocó un cuchillo ardiendo en el cuello para atemorizarlo y tenerlo sometido.

El acusado presionó al menor para que se prostituyera en Sueca bajo la amenaza de matarle a él y a su familia. El condenado cobraba a los "clientes" unos sesenta euros por hora y no daba nada al menor. Según la sentencia, siempre acudían los mismos hombres -seis o siete de entre 40 y 60 años- los cuales mantenían relaciones sexuales con el menor.

El procesado también obligaba con gritos a la víctima a que cocinara para él y limpiara la casa. El adolescente intentaba salir de esta situación y se escapaba a casa de algún conocido, pero se encontraba desamparado familiarmente.

En 2009, el procesado se trasladó a otra vivienda en Carcaixent y se llevó al menor con él, manteniendo la situación de sometimiento. "Para ampliar su lucrativo negocio a costa del menor, publicó anuncios en internet con la inscripción: "Jovencito dispuesto a a satisfacer todas tus fantasías, ven y conócelo". De este modo, alrededor de 20 adultos contactaron con el teléfono del acusado y mantuvieron relaciones con el menor" en Carcaixent, según recoge el apartado de hechos probados de la sentencia.

En abril de 2010, el acusado se trasladó a Xàtiva y continuó prostituyendo al adolescente. El procesado mantenía encerrado en una cocina a la víctima y en julio de 2010 lo golpeó brutalmente en presencia de otras personas, mostrando así su actitud de dominación.

El fallo recoge que toda la actuación del procesado de sometimiento y terror, la iniciación forzada en actividades sexuales y ser prostituido con adultos en temprana edad causó a la víctima un impacto emocional negativo.

El acusado ha sido condenado a 14 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual, a seis años de cárcel por prostitución de menores y a tres años por coacciones. El fallo de la Audiencia de Valencia establece la obligación de que el condenado indemnice con 80.000 euros al menor. El condenado puede recurrir ante el Supremo.