En silla de ruedas y con la cara todavía dolorida por los fuertes golpes que le propinaron sus agresores hasta destrozarle la mandíbula, pero llena de la energía y vitalidad que la caracteriza. Así atendió ayer a Levante-EMV Marita, la anciana de 90 años que permaneció durante más de mes y medio en estado de coma tras ser brutalmente agredida por unos ladrones en su domicilio de Albal. "Aquí en el pueblo me han enterrado más veces desde ese día", bromeaba la mujer, todo un ejemplo de fuerza y entereza. "Los médicos me han dicho que están asombrados conmigo porque pensaban que no iba a salir de intensivos", reconoce.

Del pasado 12 de abril, día en que se produjo el violento robo, sus recuerdos son vagos. "Yo no sé lo que me hicieron porque cuando me di cuenta estaba en el hospital. Creo que apreté el botón de alarma sin darme cuenta", apunta Marita, quien perdió el conocimiento tras recibir los primeros golpes. No obstante, antes de desfallecer logró decirle a su sobrino, que llegó a los pocos minutos alertado por el dispositivo de llamada de emergencias, unas escuetas palabras: "Son coneguts".

La mujer asegura que conocía las caras de sus asaltantes de haberlos visto en compañía del párroco de la Iglesia San Carlos Borromeo de Albal. "Llamaron a la puerta y vi a una mujer apoyada que había visto en la parroquia. Después entró el otro hombre y me dijo que venía de parte de Don Jose Vicente", relata sobre los motivos de por qué les dejó entrar, siendo como es, según sus allegados, una persona desconfiada.

"Yo sabía que el hombre tenía una buena amistad con el cura y le dejé pasar pero empezó a decirme que les prestara 400 euros, y empezó a pegarme. Luego ya no recuerdo nada", prosigue la nonagenaria. "Me dejaron por muerta y casi lo consiguen, pero soy muy resistente", afirma.

Por suerte para ella y para los investigadores de la Guardia Civil, toda la secuencia de la agresión quedó grabada por la cámara de seguridad instalada en la entrada de la casa, cuya existencia desconocían los asaltantes, que iban a cara descubierta. Estas imágenes permitirían posteriormente identificar a los autores del robo.

La Guardia Civil de Alfafar detuvo a principios de junio a los dos presuntos ladrones, un joven, de 29 años y origen rumano, y a su pareja, una mujer de 42 vecina de Sollana. Ambos están en prisión provisional desde entonces, por orden del Juzgado de Instrucción número cinco de Catarroja, acusados de los delitos de robo con violencia y tentativa de homicidio.

Además, se ampliaron las investigaciones ante la posibilidad de que el cura de la parroquia de San Carlos Borromeo pudiera estar implicado en el robo o haber incurrido en un delito de encubrimiento, ya que había tenido acogido en su casa durante varias semanas al joven rumano arrestado. Asimismo, según fuentes de la familia de la víctima, cuando la Guardia Civil le informó de que había una grabación de la agresión, éste mostró "un interés inusitado en ver las imágenes.

El párroco se presentó a la mañana siguiente en el cuartel acompañado por una mujer y, tras visionar el vídeo, aseguró no reconocer a ninguno de los asaltantes. Un día después el sospechoso huyó a su país natal, Rumania. "En todo este tiempo no se ha preocupado por mi tía y sólo ha llamado para cobrar los 50 euros del dinero de la lotería".