La Guardia Civil ha detenido en Castelló a dos hombres de acusados de prostituir a menores con las que contactaban a través de la red social Tuenti, y a las que obligaban a mantener relaciones sexuales a cambio de regalos y dinero para comprar su silencio.

Este caso de corrupción de menores, que afecta a chicas de entre 13 y 17 años, ha sido destapado por la Guardia Civil gracias a una denuncia interpuesta por la red social Tuenti, la de uso más frecuente entre los adolescentes españoles, después de detectar hace meses un posible caso de abusos por parte de al menos dos adultos.

La investigación fue iniciada por la Comandancia de Valencia, aunque poco después se sumó la de Castelló, una vez que se supo que los presuntos pederastas se conectaban siempre desde direcciones IP -la numeración que permite localizar geográficamente un ordenador- ubicadas en Onda y en la capital de la Plana.

Después de varias semanas de investigación, los agentes consiguieron identificar a los presuntos pederastas, dos hombres vinculados con el sector de la cerámica -el padre de uno de ellos incluso es propietario de una empresa azulejera-, y fijar sus domicilios.

El pasado miércoles, la Guardia Civil arrestó a los dos sospechosos -un español y un libanés, de entre 35 y 40 años-, que ayer fueron entregados en el Juzgado de Guardia de Castelló, aunque al cierre de esta edición no había trascendido su situación procesal. Además, practicaron tres registros, dos en Castelló, en los domicilios de los acusados, y otro más en la empresa donde trabajaban. Los agentes se incautaron de los ordenadores y de varios soportes informáticos.

Por el momento, los investigadores han localizado a cuatro menores que han sido víctimas de los detenidos, aunque se sospecha que la lista es considerablemente más larga.

Al parecer, los presuntos pederastas, que no tienen antecedentes, se hacían pasar por adolescentes hasta que entraban en contacto con sus víctimas. Al principio, las convencían para que se mostrasen desnudas o se hiciesen fotografías de contenido erótico, hasta que lograron entrar en contacto con ellas, momento en que empezaron a mantener relaciones sexuales. Para evitar que les denunciaran, las corrompían con dinero y regalos.