El jurado popular declaró ayer a Juan Carlos Aguilar, «el falso monje shaolín», culpable de asesinar con alevosía a Yenny Sofía Rebollo, colombiana de 40 años, y a Maureen Ada Otuya, nigeriana de 29 años de edad, el 25 de mayo y el 2 de junio, respectivamente, tras recogerlas en su vehículo en la calle General Concha de Bilbao y llevarlas a su gimnasio. No obstante, los miembros del jurado rechazaron que hubiera habido ensañamiento en el caso de Otuya, al considerar que no aumentó «deliberada ni inhumanamente el dolor de la víctima».

El magistrado deberá ahora redactar la sentencia en la que determinará los años a los que será condenado el acusado, entre 30 y 40. Además, no podrá acceder a beneficios penitenciarios ni ser indultado, tal como ha decidido el tribunal popular.

La portavoz del jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, fue la encargada de dar lectura al veredicto, por el que el tribunal popular, por unanimidad, considera a Aguilar culpable «de haber dado muerte» a Yenny Rebollo y Ada Otuya, «sin que las víctimas hubieran tenido la posibilidad de defenderse». No obstante, siete de los nueve miembros del jurado estimaron que no hubo ensañamiento en los crímenes, ya que «no aumentó deliberada e inhumanamente el dolor de sus víctimas».