El presunto narcotraficante Vicente L. S., fugado el pasado 5 de enero durante un permiso extraordinario que Instituciones Penitenciarias le concedió para supuestamente ir a visitar a su madre, tal como ha informado Levante-EMV, alegó sentir miedo para justificar su primera «fuga». El ahora huido utilizó ese argumento cuando fue detenido después de que el juez de Instrucción número 19 de Valencia ordenase su busca y captura porque dejó de ir a firmar una vez que quedó en libertad provisional en la causa judicial abierta por la importación de 424 kilos de cocaína, oculta en sacos de carbón vegetal que entraron a través del puerto de Valencia.

Tras su captura, el presunto traficante, aparentemente un mero asesor financiero, presentó un completo dossier ante el juez de Valencia cuando pidió no ser enviado a prisión y mantenerse en libertad provisional, dossier que recogía imágenes y denuncias de varios supuestos ataques sufridos en la mansión de la que es propietario en Majadehonda -precisamente de la que se fugó en vísperas de Reyes-. Al parecer, alguien provocó varias explosiones con bombonas de gas que dañaros la puerta principal y otros elementos estructurales de la vivienda.

Además, afirmó que alguien había tratado de quemar su yate, que tenía fondeado en la bahía de Sant Josep de Sa Talaia, en Ibiza. El juez pidió un informe a la Guardia Civil para confirmar esos extremos y finalmente admitió dejarlo nuevamente en liberta bajo fianza de 50.000 euros.

Sin embargo, como dijo no disponer de dinero en efectivo, su abogado, Miguel Ángel Claver, tuvo que gestionarle un aval hipotecario, trámite que tardó casi un mes en resolverse, por lo que en ese intervalo Vicente L. S. regresó a la cárcel. En ese momento, ya había otras tres causas más contra él por su presunta relación con la importación de otros 606 kilos de cocaína a través de los puertos de Valencia y de Cádiz. Según su letrado, fue la diligencia del juez de Instrucción número 3 de Valencia, que en ese momento investigaba el caso, la que mantuvo al inculpado en la cárcel, «ya que en cuanto el juez se enteró de que iba a salir en libertad, dictó un auto de prisión provisional por los hechos que él investigaba».

Claver quiere dejar claro que la misma diligencia ha mostrado el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, quien ha "heredado" la instrucción del caso tras la inhibición de su colega de Valencia. «El magistrado ha rechazado todas las peticiones de libertad que le hemos formulado, porque no se fiaba de que no fuera a fugarse». Incluso, mantiene Claver, «se opuso al permiso que ha utilizado para fugarse, pero tuvo que tramitarlo porque Instituciones Penitenciarias informó favorablemente y la Fiscalía no se opuso a su concesión», matiza el letrado, quien también defiende a capa y espada la actuación de la Guardia Civil de Madrid.

De hecho, según el abogado, el informe emitido por el teniente y el cabo al que Levante-EMV hizo alusión ayer «no fue utilizado para solicitar ese permiso penitenciario, que ha gestionado en solitario y por su cuenta mi defendido desde la cárcel, sin que nadie haya intercedido por él, sino en un escrito en el que pedimos la libertad provisional» ante la Audiencia Nacional. Ese órgano no sólo la volvió a rechazar, sino que pidió un contrainforme al máximo responsable del instituto armado en Madrid para confirmar que era cierto que el ahora fugado había colaborado en varias investigaciones policiales.