El encargado de control de cámaras y vigilante de Seguriber del recinto Madrid Arena durante la fiesta de Halloween en la que murieron cinco chicas admitió ayer en el juicio que se ausentó de su puesto de trabajo en plena avalancha humana para apagar los pulsadores de incendios y evitar que sonara la alarma en el recinto municipal, según él, para que no cundiese el pánico entre los asistentes.

El vigilante también explicó al tribunal de la Audiencia Provincial de Madrid que su misión era comprobar que las cámaras grababan mediante la emisión de un piloto verde por cada una da las pantallas. Respecto a si él vio algo por las pantallas señaló: «Intentaba ver. Algo vi». El responsable de seguridad detalló lo que ocurrió aquella noche en el recinto e hizo énfasis en que las cámaras -hay alrededor de cien en esa instalación municipal- no podían ayudar a prevenir la tragedia, «sólo sirven para ver después lo que pasó».