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Declaración jurada

El doble asesino de Llíria inculpa a su hermano como autor de los crímenes

El acusado de matar a tiros a su expareja y a su suegra ha escrito una carta al juez en la que pide un careo y expone un relato de hechos «inverosímil»

«Señor Ilustrísimo juez me dirijo a usted mediante escrito para realizar una declaración jurada de los hechos acontecidos el 8 de noviembre de 2015 en la localidad de Llíria. En base a los homicidios dolosos de Elvira Maldonado Torres y su madre Magdalena». Así comienza su carta Leonardo M. C., el hombre acusado de matar a tiros a su expareja y a su suegra, en un intento desesperado por tratar de demostrar su inocencia. El presunto doble asesino, quien se encuentra en prisión provisional, ha enviado desde el centro penitenciario una misiva dirigida a la jueza que instruye su caso solicitando un careo con su hermano, al que sorprendentemente inculpa como autor material de los crímenes.

En su escrito el acusado asegura que ese día acudió a Llíria en compañía de su hermano y su sobrino para entregarle a su expareja el hijo común de ambos, de apenas tres años de edad. Hasta este momento no había manifestado quien iba con él ese domingo 8 de noviembre, aunque varios testigos habían señalado ya que en el interior del vehículo había una segunda persona.

Así, según esta nueva e «inverosímil» versión de los hechos en palabras de la familia de sus víctimas, fue su hermano, que portaba un arma en la riñonera, quien bajó del coche y sin motivo aparente «se puso a disparar». «Es muy ruin inculpar a su propio hermano por unos crímenes que todo el mundo sabe que él cometió», criticaron los familiares de las víctimas tras saber de la existencia de esta carta.

«Cuando llegamos a Valencia me obligó a hacer unos disparos al aire para que la prueba de la parafina saliese positiva e inculparme a mí de los dos homicidios», añade Leonardo en su escrito antes de solicitar al juez un careo con su hermano. Este es otro de los aspectos que resulta a todas luces poco creíble para los investigadores y en el que el acusado únicamente estaría tratando de tumbar una de las principales pruebas de cargo.

La defensa del acusado se ampara en que hasta el momento ninguno de los testigos ha podido identificar a su cliente como la persona que efectuó los disparos que acabaron con la vida de Elvira, de 46 años, y su madre Magdalena, de 67. No obstante, además de tener en vigor una orden de alejamiento respecto de su expareja por una brutal paliza en el mes de abril, existen numerosos indicios como para que sea condenado aunque ningún testigo directo pueda reconocerlo. De hecho, apenas dos días antes de los asesinatos amenazó de muerte a su exmujer.

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