La Audiencia Provincial de Castelló ha condenado a 61 años y seis meses de prisión al policía local de Burriana que agredió sexualmente durante siete años de nueve menores en situación precaria. El tribunal considera que el agente «forzaba a los menores con la amenaza de entorpecer las causas judiciales y policiales que tenían pendientes».

En sus conclusiones finales, la fiscal había elevado de 98 a 108 años la pena solicitada para el policía local de Burriana, al computar la agresión sexual que uno de los jóvenes relató por vez primera en el juicio y que no había contado en la fase de instrucción.

La sentencia considera probado que entre 2007 y 2014, el acusado se valió de su condición de agente de la Policía Local y, bien directamente o a través de terceras personas, contactó con menores varones de entre 14 y 16, que estaban en situación de precariedad económica o con historial delictivo.

El acusado les prometía mediar en los asuntos policiales o judiciales, les entregaba entre 20 y los 50 euros y les amedrentaba con entorpecer sus procedimientos judiciales, para así mantener relaciones sexuales con los menores, quienes no oponían resistencia física ante el temor a las posibles consecuencias. La sentencia explica que a lo largo de esos años mantuvo relaciones con nueve menores y lo intentó con un décimo con el que no consiguió su propósito.

El acusado declaró en el juicio que los hechos de los que se le acusaba eran fruto de un «complot» contra él y que los testigos protegidos se habían puesto de acuerdo para sacarle dinero.

Sin embargo, los magistrados desmontan esa versión y le recuerdan el registro de las llamadas a los menores en su teléfono, las fotografías «en posiciones eróticas» de varios de ellos en ese mismo dispositivo o el relato detallado de varios de ellos de las relaciones sexuales que mantuvieron con él en un despacho que el acusado tenía alquilado en la calle Vela de Castellón, hecho que ha corroborado el propietario del inmueble.