La Audiencia Nacional ha condenado a casi 21 años de cárcel a Kakhaber Shushanashvili como jefe de una organización de la mafia ruso-georgiana -uno de los llamados «ladrones en ley»- implantada en España y a penas de entre un año y medio y siete años de prisión para otros doce acusados.

Entre estos 12 acusados se encuentran varios miembros del grupo que vivían en Valencia, Gandia, Cullera y Alicante. El principal de ellos es el contable de la organización, Zviad Z., que vivía de alquiler en un lujoso apartamento próximo a la avenida de Francia y cuya misión era llevar la caja común de la banda y lavar el dinero que obtenían de distintas tramas delictivas, así como limar diferencias entre sus miembros. La Audiencia Nacional le ha impuesto 7 años por blanqueo de capitales y 327.535 euros de multa. Al pago de la misma cantidad de dinero ha sido condenado Argam M., el joyero de Gandia, a quien además han impuesto cuatro años de cárcel por blanqueo. Además, el tribunal ha fijado una condena de siete años y dos meses para Giorgi N., un joven judoca que vivió con su familia en Alicante, por blanqueo y tenencia ilícita de armas.

Según la sentencia, Kakhaber Shushanashvili es condenado como jefe de una banda que se asentó en 2008 en Cataluña, Valencia y Alicante y que era la rama de una organización criminal surgida en la antigua URSS, formada en su mayoría por ciudadanos georgianos. Se ocupaba de la caja común (obschack) que se nutría del dinero que los miembros de la organización recababan y le hacían llegar en su mayor parte de sustracciones en domicilios del extranjero. Entre las actividades para poder aflorar los fondos crearon negocios de limpieza y lavado de vehículos, así como una sociedad de paquetería.

Los magistrados acuerdan el decomiso del dinero intervenido y de todos los bienes que se encuentran a nombre de empresas vinculadas a la organización, que fue desarticulada en la «Operación Java» en marzo de 2010.