Cuatro medallas con distintivo rojo solo en Valencia son muchas medallas para lo que suele ser habitual, pero su reparto ha vuelto a levantar ampollas en una plantilla especialmente castigada en la distribución de las distinciones públicas. Sobre todo las que, como la roja, comportan un premio económico (un 10% más de salario y, por ende, de pensión). De las cuatro, dos fueron concedidas a dos agentes de la escala básica que resultaron gravísimamente heridos -siguen de baja y hay serias posibilidades de que no puedan volver a trabajar nunca más como policías pese a no alcanzar la treintena- durante el desmantelamiento de un macrolaboratorio de marihuana en Alaquàs, al desplomarse un montacargas del interior de la nave. nadie las pone en tela de juicio. Las otras dos, han sido concedidas al responsable de la Brigada de Policía Científica (es la segunda que recibe) y al jefe de los Tedax. Varios sindicatos y numerosos policías cuestionaban esas dos medallas «no porque no las merezcan», sino porque «hay un compañero que estuvo a punto de morir apuñalado en la comisaría de Marítim y otros dos que arriesgaron su vida por salvar la del primero, y se lo han "agradecido" dándole una medalla blanca al policía acuchillado y cero a los otros dos. Y eso no es de recibo». t. d. valencia