Una niña de apenas cuatro años sufría presuntamente malos tratos por parte de su propio padre por el simple hecho de orinarse en la cama. El acusado, que se enfrenta ahora a una petición de pena de trece años y medio de cárcel, la golpeaba supuestamente con sus manos y hasta con palos de escoba. Además, le causó quemaduras en la cara y la espalda, al parecer «con el extremo incandescente de un cigarrillo», según el informe del fiscal.

El padre de la menor, vecino de Valencia y de nacionalidad española, fue juzgado ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia acusado de los delitos de lesiones con el agravante de reincidencia, lesiones con deformidad -ya que le ha causado secuelas estéticas y dismetría de miembros inferiores-, y un delito contra la integridad moral por maltrato habitual .

E. H. V., con antecedentes penales por otros delitos, negó en todo momento durante su declaración haber golpeado a su hija. «Con el corazón en la mano les digo que antes de hacerle daño a mis hijos me quito yo la vida», aseguró el acusado ante los magistrados, gesticulando ostensiblemente e insistiendo en que siempre ha cuidado a sus hijos porque para él están «antes que todo». «Su madre no los quiso y los he criado yo solo, he robado por ellos para que no les faltara de nada», confesó el procesado.

«Se daba cabezazos contra la pared»

El día que se destaparon los presuntos malos tratos, el 8 de marzo de 2014, el acusado alega que la menor, que entonces tenía solo cuatro años, se cayó por las escaleras de la terraza. «Escuché un grito y me la encontré ahí tirada. Y fui enseguida a pedir ayuda a un vecino: 'José Luis que mi hija se me muere'», recordó el presunto maltratador. Su versión por lo sucedido fue confirmada por un vecino, quien declaró que éste le dijo que se le había caído por las escaleras cuando subió a tender la ropa. «Estaba muy nervioso, se daba cabezazos contra la pared», añadió este testigo.

La pequeña tuvo que ser hospitalizada ese mismo día ya que presentaba un fuerte hematoma subdural en la cabeza. No obstante, cuando en el centro hospitalario se percataron de que la niña tenía muchas más lesiones, algunas de ellas antiguas, se dio parte a la policía y el padre fue arrestado por presuntos malos tratos a su hija.

Entre las lesiones que presentaba la menor había hematomas en el párpado superior e inferior del ojo derecho, equimosis en las mejillas y golpes en los muslos y las rodillas, longitudinales y paralelas, compatibles con el uso de un palo, y fractura de cadera. Asimismo, también se detectaron quemaduras en la cara y en la espalda, posiblemente producidas dada su forma redondeada con un cigarrillo.

Las pediatras del Hospital Clínico que atendieron a la menor y la policía que acudió a la casa aseguraron que las distintas lesiones que presentaba era imposible que fueran todas de una misma caída. Además, la hermana mayor de la niña les manifestó que su padre golpeaba a su hermana cuando ésta se orinaba en el colchón.

Las quemaduras

Del mismo modo, las médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Valencia corroboraron que «el conjunto lesivo de la superficie corporal de la menor tenía tres grupos diferenciados de lesiones, unas más recientes y otras antiguas». Asimismo en un tercer grupo estarían las lesiones redondeadas que «por su morfología crateriforme serían compatibles con quemaduras de algo redondeado como un cigarrillo».

Para tratar de justificar dichas quemaduras el acusado manifestó que la menor se había quemado con la estufa. No obstante, los agentes que realizaron el registro domiciliario encontraron un calefactor cuya forma no coincide en modo alguno con las quemaduras que tenía la niña en la cara y que le han dejado cicatrices y alopecia en un trozo de la cabeza.

Por todo estos hechos el Ministerio Fiscal solicita para el acusado una pena de trece años y medio de prisión por los delitos de lesiones, lesiones con deformidad, y malos tratos habituales.