Un presunto robo frustrado en una granja de loros de Godelleta acabó en septiembre de 2015 con uno de los supuestos delincuentes herido de un disparo en el cuello tras ser atacado sin causa aparente por su supuesto cómplice con un bolígrafo pistola. La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de València juzgó ayer al presunto autor de esta tentativa de homicidio, quien negó los hechos, tanto haber disparado a su compañero de fechorías como haber estado allí esa noche.

Según la versión del acusado, que se enfrenta a una petición de pena de diez años de cárcel, la víctima le ofreció acompañarlo a la citada granja para robar los loros y los huevos de un criadero de Godelleta, muy bien remunerados en el mercado negro. No obstante, afirma que rehusó participar en el golpe y atribuye lo ocurrido a alguna otra persona que pudiera haberlo acompañado esa noche. «Yo estaba cenando con mi familia y no salí de casa», alegó durante su declaración en la vista oral.

Por el contrario, la víctima, quien tuvo que ser intervenido de urgencia para que le extrajeran el proyectil que tenía alojado en el cuello, incrimina directamente al procesado como el hombre que le disparó con una especie de boli pistola de pequeño calibre. Aunque respecto al supuesto móvil por el que éste intentó acabar con su vida y si ambos pretendían asaltar la citada granja de loros, el testigo se mostró esquivo.

El arma no ha podido ser localizada

Los hechos, de los que informó Levante-EMV en su día, ocurrieron pasadas las diez de la noche del 28 de septiembre de 2015 cuando víctima y acusado -que reconocieron conocerse de haber cometido algún pequeño robo juntos- iban en un vehículo modelo Nissan Serena, según el relato de la fiscalía. A la altura de la partida Castaño de Godelleta el conductor paró el coche con la excusa de bajar a orinar. Fue en ese momento cuando, «de forma sorpresiva y con la clara intención de acabar con su vida», el procesado se acercó a su compinche y le disparó a la altura del cuello con un bolígrafo pistola con el cañón manipulado, según sostiene el fiscal.

Tras dejarlo malherido huyó del lugar. Fue precisamente el hombre que hacía las labores de vigilancia de la granja de loros quien auxilió al agredido y solicitó ayuda sanitaria. Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Riba-roja se hicieron cargo de la investigación y apenas unas horas después arrestaban al sospechoso durmiendo en el interior del coche en una calle de València, próxima al domicilio de su suegro. El arma utilizada nunca pudo ser encontrada.

Por estos hechos el Ministerio Fiscal solicita siete años de cárcel por el delito de homicidio en grado de tentativa, un año y medio por el de falsedad documental y quince meses más por el delito de tenencia ilícita de armas.