Un hombre de 64 años, Antonio Rodríguez Antón, murió el domingo en el Hospital de Manises como consecuencia de la paliza que le propinó un anciano de 91 años y enfermo de alzheimer con un bastón en el geriátrico donde ambos estaban internados, una residencia privada en Manises. La agresión se produjo en la madrugada del sábado cuando el interno nonagenario, J. L. H., se coló en la habitación compartida donde dormía Antonio y otro hombre, y comenzó a golpear al primero con un bastón.

«Me contó que le gritaba 'Hijoputa, por tu culpa estoy aquí' mientras le pegaba. Le dio por lo menos 10 ó 15 garrotazos», explica el hermano del fallecido. «El hombre se cayó al suelo, agotado, y Toni, mi hermano, le pidió a su compañero de habitación que llamara a las cuidadoras de la noche, pero no pudo porque apenas tiene voz. Toni gritó y gritó, y como nadie le escuchaba, cogió su móvil, que siempre dejaba en la cabecera de la cama por si acaso, y llamó al 112». Cuando llegó la Policía Nacional, acababa de llegar la médico de urgencias del centro de salud de Manises. Las numerosas contusiones aconsejaron su inmediato traslado al Hospital de Manises.

«Yo me enteré, no por la residencia, sino por mi propio hermano, que me llamó a las siete desde el hospital. Fuimos corriendo para allá y estaba lleno de morados. Tenía muchísimas contusiones y al menos una costilla rota», explica el hermano de Toni. Aún así, sobre las 11.30 horas del sábado, «le dieron el alta y se lo volvieron a llevar a la residencia».

Su hermano acompañó a la auxiliar que estaba con él y, al llegar a la residencia, «por la que mi hermano pagaba 1.500 euros al mes, pedí hablar con el gerente, pero me dijeron que no estaba y que no era posible».

Esa misma noche, la enfermera del turno de noche comprobó que Toni había empeorado y, tras ser valorado por el médico, se decidió llevarlo de nuevo al Hospital de Manises, donde falleció a las 12.45 horas del domingo. «Me avisaron a las ocho de que se lo habían llevado de nuevo al hospital porque se ahogaba, y cuando fui a verle, ya no pude ni hablar con él. estaba fatal».

Según la investigación policial, la noche en que se produjo la agresión sólo había una enfermera y dos auxiliares de enfermería para atender a los internos. Levante-EMV intentó ayer conocer la versión de la residencia, pero su gerente declinó ofrecer datos de lo sucedido y emplazó a este diario a esperar a que el departamento de comunicación del Grupo Savia, al que pertenece la residencia, lanzase un comunicado público.