­Le escribió una canción pensando que jamás la escucharía. Su hija pequeña, Julieta, nació sorda. Un duro golpe para cualquier padre. Una frustración inmensa si uno de los progenitores es, además, músico. Ese fue le caso de Diego Castaño, que puso su alma en cada uno de los acordes que componen «Tu barrera del sonido», la canción que le dedicó a su pequeña a la que con apenas meses le diagnosticaron hipoacusia severa, que, en el idioma de los mortales significa que la pequeña Julieta no oía nada de lo que ocurría a su alrededor.

Diego reconoce, casi avergonzado, que cuando le dijeron que su hija era sorda él se quedó mudo. Un día entero estuvo sin articular palabra. «Esperaba que fuera mentira. Es algo que no esperas y no quería aceptarlo», asegura el joven músico a quien le preocupaba que su hija jamás escuchara la música, justo lo que a él le hace sentirse vivo, lo que le da energía, lo que constituye su medio de vida.

Escribió la canción para su hija pensando que jamás la escucharía. Pero se equivocó. La pequeña lleva un implante coclear, un dispositivo que tiene la virtud de devolverle la audición a algunas personas que nacen sordas. Algunas partes del aparato las lleva incrustadas en el cráneo y otras, en el exterior. «La operación fue complicada. Duró más de cinco horas. Recuerdo entrar al hospital y ver a gente manifestándose en la puerta. Hay que mejorar muchas cosas pero yo solo puedo dar las gracias porque el implante que lleva mi hija cuesta 30.000 euros... con la operación y todo el coste no baja de 60.000 euros... imposible de asumir para cualquier familia humilde como la mía», explica el músico.

Durante 30 días la pequeña estuvo en reposo, como si nada hubiera pasado. Cuando pasó el mes activaron el aparato. «Recuerdo a la perfección cómo se señalaba la oreja. Fue muy emocionante», asegura Diego.

Julieta es hoy como cualquier otra niña de tres años. Habla, canta, juega, ríe, baila... y hasta toca algún que otro instrumento. Pudo escuchar la canción que le compuso su padre... y le encanta.

Casualidad

Sin embargo, Diego piensa a menudo en los padres como él. Personas anónimas que sienten que les arrancan el alma cuando les dicen que su bebé no oye nada, que es sordo. «¿Cómo hacerles entender que tengan paciencia, que tal vez la solución para su pequeño sea la misma que para Julieta? Al parecer no es una enfermedad tan rara. Mi hija mayor, Carmen, no tuvo problema alguno. Julieta nació sorda. Es una lotería», explica.

Diego preparaba un nuevo álbum „«Unfollow»„ y decidió incluir en él la canción que le dedicó a su pequeña. «Seguro que muchos padres se encuentran en una situación similar, y se preguntan si sus hijos llegarán a hacer una vida normal. La respuesta es sí», asegura.

Pero ahí no queda la cosa. Decidió coger a su pequeña y hacer con ella un videoclip «para que las personas que no pueden escuchar entiendan el sonido a través de las imágenes». Y lo consigue a la perfección.

El videoclip muestra a la pequeña dormida. Silencio sepulcral. No hay sonido alguno mientras su padre entra en su habitación, la despierta, la incorpora en la cama y le coloca en la oreja un pequeño audífono. Ahí llega el sonido para todos. Ese es el día a día de Julieta, una niña feliz que tiene una canción propia que escucha cuando quiere.