Los vecinos más mayores de El Saler estaban emocionados el día en que la actual alcaldesa pedánea, Ana Batlle, tomó posesión del cargo el pasado mes de julio. El motivo no era el nombramiento en sí sino el hecho de acceder a un espacio que hasta entonces habían tenido prácticamente vetado: la Casa Forestal del bosque de la Devesa. Esta antigua propiedad de la Corona ha sido durante sus casi cien años de historia un espacio de uso privativo. En los 24 años de gobierno de Rita Barberá, la casa pasó a depender directamente de Alcaldía y Protocolo, que la destinó para la celebración de los ágapes a invitados ilustres de la exalcaldesa.

Uno de los primeros gestos del alcalde, Joan Ribó, fue abrir el balcón del Ayuntamiento de Valencia al público. El concejal de la Devesa, Sergi Campillo (Compromís), cuya delegación ha asumido la gestión de la «Casa Forestal» quiere abrirla también al uso ciudadano y cultural para los vecinos de El Saler. Se estudia que la casa sea un espacio de autogestión vecinal.

La «Casa Forestal», enclavada en un entorno natural privilegiado en el corazón del bosque de la Devesa de l´Albufera a solo unos metros de la playa, fue construida en 1920 y acondicionada en la segunda mitad de la década de los 50 del siglo pasado. A finales de los 90 amenazaba ruina por la oxidación de los forjados debido a su cercanía al mar, hasta que en 1999 fue nuevamente restaurada.

Este diario ha visitado el edificio junto con el concejal Sergi Campillo, que proyecta una nueva reforma para adaptar el edificio a los nuevos usos y hacerlo accesible. Francisco Collado, ingeniero de la oficina Devesa-Albufera, explica que la Casa Forestal ha albergado históricamente la sede de la Guardería Forestal, el cuerpo de funcionarios dedicado expresamente a la vigilancia del monte, que ya prestaba el servicio cuando el lago y la Devesa eran propiedad de la Corona.

La cesión a la ciudad del lago y el monte de la Devesa fue aprobada por el Congreso de los Diputados en junio de 1911, pero hasta junio de 1927 no se formalizó el traspaso del lago firmada por el rey Alfonso XIII. En ese ínterin se construyó la «Casa Forestal».

«La cesión fue posible después de 16 años de discusiones, informes y mediciones sobre la superficie de la finca a traspasar, que había sido sometida a múltiples usurpaciones y aterramientos ilegales por parte de agricultores y propietarios que querían convertir la zona lacustre y pantanosa en cultivos de arrozal», explica a Levante-EMV Collado. La superficie cedida por el Estado a la ciudad fue de 3.114 hectáreas y el precio que se pagó fue un millón de pesetas.

Recuperada la democracia después de la muerte de Franco y paralizado el proyecto de urbanización de la Devesa de los años 60 y 70, el gobierno municipal empezó a impulsar actividades de educación ambiental en la zona boscosa. Precisamente, las primeras actividades se realizaron en 1982 en la «Casa Forestal», que se acondicionó para crear un centro de acogida, dotado de una exposición permanente, una sala de audiovisuales y una exposición de cerámica antigua. El centro se cerró en 1990 tras la inauguraicón del centro de interpretación del parque natural de l´Albufera del Racó de l´Olla.

«Casa grande»

La «Casa Forestal» se compone de cuatro cuerpos. La denominada «casa grande», la parte noble del edificio, que no tiene uso específico, aunque durante el anterior mandato de Rita Barberá, la regidora la utilizó como espacio de postín para agasajar a sus invitados ilustres, en especial, a los miembros de la Familia Real, desde los reyes eméritos hasta el actual soberano, Felipe VI.

Los cuatro cuerpos que forman el edificio forestal se articulan en torno a un patio, con pavimento de piedra con simbología masónica oculta, donde se encuentra un gran paellero decorado con vistosos azulejos alusivos a guisos, productos y útiles de la cocina valenciana. Llama la atención la cantidad de azulejos que decoran las paredes, pavimentos y estancias, muchos de ellos escenas constumbristas que reproducen los usos y constumbres de los habitantes del lago, e incluso leyendas como la de una descomunal serpiente que habitó el lago llamada «La Sanxa».

En la «casa grande» nunca ha residido nadie de manera continuada. En la reforma que hizo Rita Barberá a finales de los año 90 del siglo pasado se construyeron varios cuartos de baño y una cocina nueva con montaplatos para subir la comida al piso superior, donde se encuentra el comedor principal, con chimenea y amplia terraza con vistas al mar. Las comidas y almuerzos, sin embargo, también se han servido en el patio, que está preparado con anclajes para instalar toldos y proporcionar sombra.

Los otros tres cuerpos, más humildes, los forman el retén de la guardería forestal, el retén de policía local y unas dependencias para las brigadas de mantenimiento.