Supongo que me contará cuál es el secreto...

Saber lo que la gente quiere. Es el primer paso para hacerlo posible. Sócrates decía que el viento que no sepa a dónde va no favorece a nadie. El universo se rige por leyes exactas, la gravedad, la atracción...

Si es tan sencillo ¿por qué no somos todos felices?

Porque la gente se concentra en lo que no quiere en lugar de en lo que quiere. Y porque no conocen El Secreto. Estamos demasiado metidos en el día a día. Aristóteles Onassis siempre trabajaba una hora más que el resto.

¿Y su método vale tanto para un deportista de élite como para un adolescente sin trabajo?

Igual, es el mismo enfoque. Ronaldo y Messi son dos ejemplos que han llegado a la elite desde la nada. Héctor Faubel no iba bien en los estudios porque estaba centrado en la moto.

Pero hay cosas que no dependen de uno.

Epíteto ya advertía que hay que centrarse en las cosas que dependen de uno, las que no hay que dejarlas. Si no planificas el éxito, planificas el fracaso.

¿La Generación Ni ni es consecuencia de todo eso?

A los Ni ni les hemos diseñado un plan de vida. Una vez saben lo que quieren hay que reeducar a los hijos y preparar a los padres. La Generación Ni ni es también la «de la llave», porque los padres trabajan y no están con ellos como antes. Pero todo es reconducible.

El programa ha recibido muy duras críticas.

Es un experimento. Hay que intentar que desaprendan para luego volver a aprender. Sirve para concienciar de la existencia del problema.

A los participantes les dice que lo importante no es ganar, supongo que a los deportistas no les dirá lo mismo.

Sí, lo importante es dar lo mejor de tí. Si sólo miras el marcador no ves la portería. El éxito y los goles son consecuencia de un buen trabajo. Con el dinero igual: si dejas de ponerle el foco, vendrá solo.

Cuando Guardiola pone en el vestuario «Gladiator», ¿eso es ley de la atracción?

Es una motivación, un refuerzo. Guardiola recomienda El Secreto a sus jugadores. Y ahí están los resultados.

¿Qué es para usted el éxito?

Vivir exactamente como uno desee, el campo sin nada, fundar una familia... Hay que inspirarse en la naturaleza. ¿Cuánto crece un árbol? Todo lo que puede. Una planta en una maceta, no. Hay que sacarse el máximo partido, cada uno para lo que valga, todos tenemos una misión en la vida.

Vivimos una crisis económica, ¿hemos perdido de vista nuestros objetivos?

Es algo cíclico, así que hay que dejar de sufrir. Un emperador le pidió a un sabio chino una medalla con un mensaje que, cuando estuviera mal, le pusiera bien y, cuando estuviera bien, estuviera mejor. La medalla era pequeña. Sólo cabían tres palabras. Tras meditarlo, escribió: «Esto también pasará».