Quiche de verduras, jibia en salsa, espinacas con garbanzos, caldero de Murcia o arroz al horno son algunos de los platos que presentaron ayer en la Feria de Muestras de Valencia sesenta niños aspirantes a ganar la segunda edición de MasterChef Junior.

Tras el éxito cosechado en la primera edición (4,4 millones de espectadores), se han apuntado el doble de niños que el año pasado a la fase principal del casting, que se desarrolla en Barcelona, Bilbao, Málaga, Madrid y Valencia.

«Lo que tiene que tener un niño para entrar en MasterChef Junior es nivel de cocina y en la mayoría de lo posible, que sea autónomo. Muchas veces los niños ayudan a los padres en la cocina, pero no lo hacen por sí mismos. Pedimos autonomía, pasión y creatividad», explica Esther González, directora de casting de MasterChef Junior.

Ana Luna y Mario son los favoritos de la edición pasada de MasterChef Junior para los aspirantes de la nueva edición, que cuentan que han sido sus padres, abuelos, MasterChef e internet los que les han enseñado a cocinar.

«He traído suprema de salmón, rellena de verdura al vapor de ribeiro, acompañado de tiradito de gamba y arroz salvaje», cuenta la joven aspirante de 12 años, Elena Munuera.

«La mecánica de este casting es que nos traigan de casa un plato medio preparado, para emplatarlo y presentarlo aquí. Nosotros valoramos la técnica, los conocimientos, el sabor y la presentación, y en base a ello, vamos descartando a gente», explica Alejandro Alcántara, asesor culinario de MasterChef Junior.