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Nuevo estadio

El Valencia se da un mes de plazo para decidir sobre el estadio pero descarta la demolición

El club comunicará en julio al arquitecto del proyecto, Mark Fenwick, cuál es su nuevo plan y si cuenta con él para ejecutarlo

El Valencia se da un mes de plazo para decidir sobre el estadio pero descarta la demolición

Pese a que a más de uno se le ha pasado por la cabeza, la idea de demoler la estructura del nuevo estadio del Valencia está totalmente descartada. Es un escenario absolutamente inviable, aseguran fuentes conocedoras del proyecto. El club estudia un nuevo plan para continuar con las obras del recinto de la Avenida de las Cortes, tal como informó ayer Levante-EMV, pero siempre respetando la base arquitectónica del campo que comenzó a construirse en enero de 2007. En ella se invirtieron cerca de 100 millones de euros, casi la mitad de lo inicialmente presupuestado (344 millones) para toda la construcción, hasta que la actividad se paró en 2009 por falta de financiación. «Sólo pensarlo es una locura. No se va a derruir, sino a buscar soluciones para adaptarlo a las nuevas exigencias», aseguran las mismas fuentes.

De momento, el Valencia ha emplazado al arquitecto Mark Fenwick, responsable del proyecto inicial y de las dos variaciones posteriores, al próximo mes de julio para comunicarle si continuará o no al frente del plan para rediseñar los planos. El objetivo de los nuevos gestores es variar el actual boceto, ya plasmado sobre la monofórmica estructura gris que se levanta sobre uno de los barrios más modernos de la ciudad, y descartar algunas de las ideas básicas con la que se empezó a edificar hace más de ocho años. Tal como adelantó ayer este periódico, el Consejo de Administración del Valencia lleva tiempo planteándose «prescindir de los servicios» del arquitecto español, que en 2013 rediseñó el proyecto por orden del entonces presidente, Amadeo Salvo, para ahorrarse más de 60 millones de euros sobre el presupuesto establecido.

Aquella reconfiguración de los bosquejos, centrada principalmente en el abaratamiento del material y la reducción del aforo, no resuelve un conflicto generado con la llegada al club de Peter Lim. El propietario, que en su primera visita a Valencia hizo su primera parada en las obras del nuevo estadio, y su equipo preferirían un campo más vertical, con el terreno de juego más cerca de los fondos y un mayor aprovechamiento espacial para la explotación comercial. «Hay que ver el fútbol con prismáticos. Las gradas están muy lejos. El primer graderío es muy inclinado. Vamos a modificarlo», dijo durante la Junta de Accionistas del pasado mes de noviembre.

El primer esfuerzo se centra, por tanto, en «acercar» el campo a las gradas norte y sur mediante mecanismos retráctiles o cavar el terreno para ganar espacio. Será el nuevo arquitecto el que lidere el plan, a falta de que se confirme si Fenwick se desliga del Valencia el próximo mes.

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