Hay que estar muy preparados para afrontar una temporada que ya se ha presentado con una extraordinaria exigencia. Claro que es difícil enfrentarse a semanas con dos partidos de Liga y uno de Champions League. Se trata de tener a todos los jugadores de la plantilla frescos, conectados con la competición y con una condición física óptima. Además, durante el año no sólo habrá que afrontar semanas plagadas de partidos, también habrá que contar con las malditas lesiones que siempre se presentan de forma inesperada o sufrir en algunas ocasiones los errores arbitrales.
Nuno Espirito Santo tiene que ser capaz de hacer frente a todos estos inconvenientes que se le irán presentando. Ayer en San Mamés se vio el primer y claro ejemplo de lo argumentado anteriormente. Mientras el equipo tuvo empuje y frescura, el Athletic no parecía un rival tan temible como sí lo fue en la segunda parte. Está muy claro que este no es el camino para plantar cara a una Liga española y a una Champions con los mejores equipos de Europa.
Ayer se volvió a pinchar una nueva burbuja de ilusión que desde hace unas temporadas siempre gravitan en el entorno del Valencia. Por eso es importante transmitir un mensaje de realidad. Los gestos adecuados y las palabras exactas. Estoy seguro que si Layhoon Chan hablara de fútbol lo explicaría fenomenal y todo el mundo lo entendería. La presidenta, en lo suyo, tiene un discurso muy sencillo y claro. Me gusta. Por su parte, Nuno ya tiene bastante con hacer jugar al equipo y ganar partidos. Les aseguro, y así lo he vivido, que los entrenadores sufren un enorme desgaste, no sólo de cara a sus jugadores tomando decisiones que a veces son incomprendidas, si no también de cara al exterior. Son el centro de las críticas cuando el equipo pierde o incluso gana jugando mal. Por ello, viendo como puede ir la temporada lo mejor será que protejan al entrenador y que todo el mundo sea consciente que rendir al máximo jugando todas las competiciones es muy complicado. Eso sí, el Valencia es un Club de una enorme exigencia, tanto dentro como fuera del terreno de juego. Si no que se lo pregunten a Unai, Koeman, Cúper, Quique Peter Lim ya sabe que además de poner dinero hay que acertar. El esfuerzo normalmente tiene su recompensa.
