Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Jesús García Pitarch: "Se necesitan tres años para regenerar la plantilla"

Suso apuesta por remodelar poco a poco el actual plantel con jugadores con oficio y personalidad - El ejecutivo valenciano confía en André Gomes, Cancelo, Gayà y Alcácer como la base del grupo

Suso García Pitarch el pasado viernes en una calle de Valencia. FERNANDO BUSTAMANTE

¿Su padre era agricultor?

Era comerciante de cebollas. Su madre tenía un horno y su padre comerciaba con cebollas. Él trabajó en el horno, perdió dos dedos de la mano haciendo el pan y, más mayor, comenzó a ser comerciante de cebollas. Y lo fue toda su vida. Producía cebollas propias y compraba a otros agricultores. Mi padre jugaba al fútbol, era muy malo, pero muy rápido. Era tan del Valencia que en una época que tuvo problemas económicos le dejó el pase a un familiar para no perderlo. Un tiempo fui con mi padre a Mestalla y otro con el familiar, cuando los niños no pagaban. Fui muchos años al sector cinco y después, ya recuperados económicamente, fuimos a tribuna. También viví el fútbol de mi colegio, el de San Rafael, y jugaba de libre. Después comencé en el Vallbonense ya de punta , en el Juvenil, el Regional...

¿Trabajó con su padre?

Iba al almacén de mi padre y le decía: «Padre, ¿en qué puedo ayudar». «Coge el balón y pégale contra la pared», me decía: «Xiquet, este negocio es para gitanos». Y me tenía toda la mañana pegándole a un círculo que me marcaba, y con la derecha, porque yo era zurdo cerrado. «Eres muy burro, pégale con la derecha», me decía.

¿El sueño de su padre era...?

Que yo fuera jugador del Valencia y músico. Fui las dos cosas. Él tocaba la trompa y mal y yo toqué la trompeta muy bien y el fiscorno. Pude haber sido músico profesional, pero lo dejé por el fútbol en el último año. Hay varios premios de la banda de la Pobla que se ganaron siendo yo el solista de fiscorno. Llegó el día que yo no podía ir al colegio, al conservatorio y al fútbol. No tenía horas. Porque yo no tuve infancia: fui músico y entrenaba casi todos los días. Firmé por el Mestalla y seguí estudiando.

Llegó a un Valencia muy decadente...

Muy difícil. A mi madre no le gusta el fútbol y me hizo prometer que estudiaría. Eso me hizo esforzarme para acabar la carrera de Derecho en cinco años. A los 22. Me acuerdo de Escudero, Paco Real, Julián Mares... entrenar detrás de Mestalla, que era una acequia y encalábamos el balón y no nos lo devolvían, no había luz, en un campo de tierra. Años setenta y pico.

¿Coincidió con Kempes?

Jugué con él en el primer equipo. En su último año, que estuvo muy mal de la espalda. No podía entrenar. Yo decía de broma que le limpiaba las botas a Mario. Mario era Mario. Jugadores que me impactaron de niño como Johny Repp, Saif Keita, Lobo Diarte y Kempes. Y mi cuñado, Pepe Balaguer (casado con su hermana), que yo le decía: «Eixe negre és molt bo (en referencia a Keita)». y él respondía: «Té més por...». Y me acuerdo de Juanito Sol, que cuando oías aquello de «casa Cesario, casa Cesario», en la media parte, salía Juanito Sol con un pelo impecable, repeinado. Me acuerdo de Sergio, de Forment, de Quino, de Claramunt... de Suso Martínez. Recuerdo un partido que fuimos mi padre y yo a Madrid, casi nos pegaron, iba 0-0 hasta el final, cuando Suso se marcó en propia puerta de cabeza a Balaguer. Y de haber ido a Zaragoza con un R12 destartalado, por la mañana a rezar al Pilar, porque mi padre era muy católico, y por la tarde a ver el Valencia en La Romareda.

¿Su mejor recuerdo como futbolista profesional?

El primer día que me dijeron que entrenaba con el Valencia. Y tenía pánico porque Carrete me mataba a patadas y me insultaba. Me impresionaba la calidad de Solsona. Solo había dos campos en Paterna, todo eran naranjos. Y Kempes, él y Solsona eran seres superiores. El jueves por la mañana, jugábamos los juveniles contra primer equipo.

En el Orihuela formaron una pandilla salvaje...

Convivíamos 24 horas al día: Higinio, Subirats, Marcos, Juan Mata (el padre de Juanín Mata)... Estuvimos en Segunda y por un partido no subimos a Primera. Un año fantástico.

¿Es verdad que su padre le decía: «Xiquet, diners no se’n guanyen mai prou»?

«Diners i gols no n’hi han mai prou», me decía. Había marcado tres goles y me pegaba un «carxot» y me reñía: «Has fallat una claríssima». Nunca me felicitó por un partido. Siempre me criticaba. Me presionaba mucho.

¿Cómo se sacó la carrera?

En la Universidad de Valencia hasta cuarto de Derecho, y quinto en Barcelona mientras estaba en el Espanyol. Fue fácil porque me gustaba estudiar, era muy buen estudiante. Por la mañana no podía ir a clase porque iba a entrenar. Por la tarde iba a la biblioteca a estudiar.

Después de la etapa en el Atlético como director deportivo se fue a estudiar inglés a Londres.

Me di cuenta de que el fútbol estaba cambiando y me fui porque quería hacer algo en el ámbito internacional. Hablaba francés muy bien, pero inglés no se estudiaba en mi época.

¿No le ha gustado entrenar?

Me saqué el título de Juvenil de la federación valenciana, por entender entrenamientos y metodología, pero nunca me ha gustado, prefiero la gestión. Fui analista de Canal Nou, con Artur Balaguer, Xavier Alberola...

¿Y a Abu Dabi a qué fue?, ¿a ganar dinero?

Abu Dabi para un director deportivo es como un spa. Porque no saben lo que significa y estás allí sin que te hagan caso. Hay una cultura de regateo, de cinco cosas a la vez e inventan otra... En el Banyllas estuves 14 meses. Es el club de los bereberes, el más tradicional, y allí tener un director deportivo era muy chocante. Me dije: «Ya he tenido bastantes vacaciones y me voy para casa».

Tanto en el Hércules (presidente) como en el Zaragoza (director deportivo) ha recibido muchas críticas.

Fueron expriencias negativas en el sentido de que la situación económica y social tenía un deterioro muy grande, por cuestiones parecidas. Pero positivas en que se sacaron adelante: el Hércules salió del concurso de acreedores y salvó la categoría (no caía bien que un valenciano fuera presidente del Hércules); y el Zaragoza se tuvo que vender el club y mantenerlo en Segunda cumpliendo las obligaciones. Pero acabo de descubrir que varias personas están utilizando twitter con mi nombre. Voy a denunciarlo. Es un personaje del Hércules.

Y ahora vuelve al Valencia 12 años después... (fue director deportivo entre 2002 y 2004).

Soy muy feliz, la verdad, uno puede cambiar de ciudad, de partido político, de mujer, pero de equipo es muy difícil cuando tienes tantas raíces.

¿En qué ha cambiado el club?

He vivido situaciones muy difícil desde el punto de vista económico y tengo una visión de 360 grados sobre la gestión de un club.

Patrimonialmente y en el sentido de la propiedad, el Valencia es estable, que antes no lo era. Pero en lo deportivo no lo es y antes sí. Se han cambiado los términos. Debería ser al revés: ahora que la situación patrimonial es tan estable, la deportiva debería mejorar.

¿Qué impresión se llevó de Peter Lim?

Estuve con todos los consejeros en muchas entrevistas, y la última con Lim me expuso muy simplemente lo que quiere: que el club funcione, que la gente esté contenta y que él se sienta feliz.

¿No ve Lim el Valencia como un negocio?

La inversión que han hecho en el club quieren que se gestione deportivamente. El objetivo es que la gente y él se sientan felices. Que el club gane y recupere la posición que se merece.

Que recupere el prestigio.

El prestigio no lo ha perdido nunca. No tiene motivos para perderlo. Todos cobran, tiene una buena imagen, lo que no hay es experiencia deportiva buena.

¿Qué se puede mejorar a corto plazo?

La dirección deportiva parece que es tomar grandes decisiones de adquisiciones, pero también resolver muchos problemas pequeños cada día que, si no se atienden, se convierte en un problema insoluble a lo largo del tiempo. Es tan importante como fichar o vender jugadores.

¿Hay que cambiar una gran parte de la plantilla?

Hay que tener paciencia y ver si los jugadores jóvenes muestran lo que pueden hacer. Y si en un plazo no mejoran lo suficiente, tendremos que rectificar. Aunque el rendimiento hasta ahora no ha sido bueno, el Valencia tiene jugadores jóvenes que van a ser muy buenos. Una cosa es tener muchos jugadores jóvenes que pueden ser buenos, y otra es hacer un equipo y una plantilla. Hay que compaginar jóvenes con más veteranos, diferentes edades, posiciones distintas para que el entrenador tenga posibilidades de jugar de distinta manera y equilibrio en sus decisiones. Y que no esté descompensado ni en edad ni en experiencia.

¿Confía en la progresión de los chicos?

Cancelo y André Gomes ya son de un nivel muy alto; y en en un plazo corto Danilo y Santi Mina estarán en ese escalón. Rodrigo es un buen jugador y el resto debe mostrar sus capacidades, que todavía no han podido.

Le ha sorprendido Ryan, al que no conocía.

Se me olvidó meter en el primer paquete a Ryan. Tanto él como Jaume y Diego Alves son muy buenos, tenemos la portería muy bien guardada. Y, obviamente, Alcácer y Gayà son dos grandes realidades.

¿Qué cualidades le ha visto a Gary Neville?

Capacidad de trabajo, de análisis, humildad para compartir su trabajo con su grupo y con otras áreas del club, disciplina en las relaciones dentro del club que parecería extraño si vieras lo gran jugador que ha sido. Pero seguramente esas cualidades son las que le llevaron a ser ese gran jugador y a poder ser también un gran entrenador: trabajo, competitividad, análisis, crítica, autocrítica... sensibilidad para compartir experiencias con los demás... todo eso es muy bueno. Hay que darle tiempo porque acaba de llegar y porque está comenzando a entrenar.

¿Qué grandes diferencias hay entre el Valencia y el Atlético?

Cuando llegué al Atlético dije que el Valencia era un ejemplo y me querían matar. Y ahora el Atlético es un ejemplo. En ingresos, plantilla y competitividad está por delante porque el Valencia en los últimos 11 o 12 años ha funcionado muy mal. Y eso hay que repararlo. Tenemos la solvencia patrimonial de Peter Lim para solucionarlo. Si la Generalitat no hubiese avalado el préstamo para la ampliación de capital, el Valencia se habría colapsado. Y si no entra Lim, el Valencia se habría colapsado por los impagos de la Fundación al préstamo de Bancaixa. Las gestiones últimas han sido pésimas, catastróficas. Sin Lim el Valencia estaría en liquidación.

El dinero no es suficiente como se vio en el Valencia con los pésimos fichajes del pasado verano.

Hacer el Atlético costó cuatro años. Yo no fui el artífice de la plantilla que ganó el doblete en 2004. Era una herencia de Subirats, Suso Martínez apoyados por Ranieri, Cúper y Benítez. Desde la plantilla de Valdano, descompensada, hasta la competitiva, pasan cinco o seis años. Y cuando la tienen, disfrutas cuatro o cinco años con jugadores en plena madurez entre 27 y 31 años. Se necesitan tres años para regenerarlo.

¿Le dará ese tiempo?

El fútbol no tiene paciencia ni memoria. Esperemos que demos los pasos adecuados para que se mantenga la confianza entre los propietarios y el director deportivo. Para crear confianza se necesita tiempo. Cuando se corta el tiempo de ese vínculo, se corta la confianza. Y se corta el ciclo y hay que volver a comenzar. Hay que tener estabilidad.

¿Es el gran reto de su vida?

Socialmente no está tan crispado como el Atlético, donde hubo un clima muy hostil contra la familia Gil y Cerezo. Llevaba nueve años sin ganar nada. No es la situación ideal que heredé en 2002, pero es un club que conozco y tiene una situación muy estable. Es algo más fácil que en el Atlético, pero mucho más difícil que en mi primera etapa en el Valencia.

¿Y la llegada de Ortí?

Es una idea fantástica porque el club va a darle relevancia a gente que ha participado en la historia del club. Es el primer paso para que se reintegre todo y el Valencia vuelva a ser una familia. Que tenga la atmósfera de Mestalla. Y, tres, los resultados llegarán.

Compartir el artículo

stats