Pues miren vamos a analizar todas las cosas positivas que ha podido tener este empate en Riazor. Principalmente porque se suma un punto, cuando todo estaba perdido, y porque ese gol de Negredo estoy seguro que ha interrumpido a mucha gente justo cuando estaba mirando la clasificación. Pero como yo ya he vivido en personas muchas batallitas de éstas, me ha venido a la mente la imagen de ese gol de Mendieta en Anoeta que sirvió para sumar un raquítico punto y tal vez, salvar la cabeza de Claudio Ranieri. Lo que sucedió después ya lo sabemos. Un cambio muy grande en el equipo, una transformación por completo del propio jugador y la llegada del mejor Valencia de la historia. Pero para que aquello ocurriera el club cambió algo más que los «percheros» de Valdano. Por eso, yo prefiero ver que, aunque el Deportivo fue más intenso y mejor en la mayoría del transcurso del partido, no le sirvió para derrotar al equipo de Neville.
Probablemente este gol en A Coruña es una clara advertencia de que el Valencia está jugando con fuego. Ya hemos visto lo que el fútbol es capaz de propiciar. Las semanas pasan y los objetivos, ya perdidos hace dos meses, se pueden convertir en pesadillas. También me viene a la mente a una frase a modo de comentario que en su día hizo el nuevo director deportivo, Suso García-Pitarch. Era una clara descripción de cómo poder enderezar una muy mala situación, al borde del abismo, y encima con muy pocos recursos a su alcance y poco tiempo. «Esta situación se puede arreglar con mucho trabajo, de suerte o casualidad y a martillazos». De momento, ya estamos viendo que esfuerzo y trabajo es lo primero que ya a demostrado Suso. La suerte y también una aparición de calidad de Parejo y Negredo, empieza a estar muy presente. Y lo de los martillazos es como el último recurso, pero que también puede tener su efecto positivo. Sea como sea, lo tiene muy claro.
La nueva dirección deportiva, a la que también llega otro de la genética, Vicente Rodríguez, necesita tiempo y que los dueños dejen todo el proyecto en sus manos. Sólo así, dejando a Suso tranquilo para que empiece a renovar el equipo, no habrá que confiar ni en la casualidad y ni mucho menos en los martillazos. Esperemos que ayer Negredo haya hecho un mendiatazo.
