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El puesto mejor cubierto

La extraña historia de los tres porteros

Diego Alves, por su fuerte personalidad en el vestuario, es el favorito para acabar una temporada en la que Jaume Domènech y Ryan brillaron en distintas fases

La extraña historia de los tres porteros

­Hace tres semanas, el entrenador del Valencia, Gary Neville, resoplaba cuando se le recordaba que el regreso del portero brasileño Diego Alves estaba a la vuelta de la esquina tras haber superado la gravísima lesión de rodilla sufrida al final de la pasada campaña. «Me quedan dos semanas de tranquilidad», bromeó Neville en alusión al tiempo todavía de entrenamientos requeridos por el arquero brasileño, de 30 años, para estar preparado para jugar.

Entonces era titular Jaume Doménech (25 años) en la Liga y Matt Ryan (23) en la Copa, conviviendo en aparente armonía. Pero la marcha errática del equipo y la necesidad de cambiar cosas hizo mella en el ánimo del entrenador británico. El primero en caer fue Jaume. El portero de Almenara, el mejor del Valencia en la primera vuelta de la Liga, había sentido la presión de sus fuertes competidores y había bajado levemente su rendimiento. Sobre todo en el choque ante la Real Sociedad en Anoeta (2-0), un partido que se le escapó en la segunda parte al Valencia con una pobre actuación general, también por parte de Neville, que reconoció sus errores en los cambios (retiró a Cancelo porque tenía una tarjeta amarilla por Orban, un coladero; y también retiró a Enzo Pérez, lesionado, por Javi Fuego, que jugó lesionado y lo acusó).

Jaume había sorprendido a propios y extraños por la descarga de energía derramada en cada duelo, más allá de su agilidad bajo palos, para alguien con apenas recorrido en el fútbol profesional (ni siquiera sumaba muchos minutos en Segunda B). Cubrió a la perfección la baja de Ryan (rotura de menisco) y el mal momento de Yoel, cedido posteriormente al Rayo. Jaume apenas tenía bagaje, pero algo vieron en él tanto el preparador de porteros, José Manuel Otxotorena, como el entonces entrenador, Nuno (portero en su día). No les defraudó. El club se aprestó a renovarlo y la Liga de Fútbol Profesional lo reconoció en el equipo ideal de la primera vuelta. Se había hecho un nombre en muy poco tiempo.

Recuperado de la rotura del menisco, Ryan empezó a ofrecer actuaciones muy sobrias en la Copa del Rey, contra el Barakaldo, el Granada y la UD Las Palmas. Sin ser tan espectacular en las paradas como Jaume, parecía dominar el escenario, disponer de más recursos, ser más completo. Tanto el nuevo director deportivo, Suso García Pitarch como el técnico, empezaron a reparar en él como el gran fichaje de una pretemporada de fichajes calamitosos: llegó del Brujas por siete millones con el beneplácito del mejor especialista posible, Otxotorena. La vida le sonreía al guardameta australiano hasta que el Valencia asomó la patita por el Camp Nou en una infausta noche de semifinales de la Copa del Rey, el 4 de febrero de 2006. El escenario le pasó por encima. Cada disparo del Barça fue prácticamente gol (7-0). Algo extraño sucedió en la mente de un futbolista que, hasta ese día, había dado muestras de una madurez emocional. La porterior derrota en Liga ante el Sporting, aunque fuera de penalti (0-1), tampoco le ayudó a recuperar la confianza. Llegó la triste vuelta de la Copa en Mestalla y Neville quiso dársela al protagonista que ya iba a contar menos de los tres: Jaume.

El riesgo de su titularidad

Era la hora de Diego Alves y el técnico inglés se la reservó para el partido más trascendental, el agónico choque de Liga ante el Espanyol. «Esto es una locura», claramon los ortodoxos de la portería, «arriesgar con un portero tanto tiempo inactivo». «Lo hemos elegido por su personalidad y ascendente en el vestuario», explicaron desde el cuerpo técnico. El fútbol, tan supersticioso siempre, le dio la razón a Alves, salvado por la campana de dos paradas milagrosas (una con la mano izquierda y la otra con la cara) que maquillaron otros tres errores.

Los tres guardametas, de distintas maneras, han destacado para bien. Y, sin embargo, ninguno de ellos puede estar del todo contento. El futuro está ahora en manos expertas de Alves, curiosamente a quien el club tratará de traspasar en el próximo verano.

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