«Si usted no está aquí, de dueño del Valencia, ni por dinero ni por notoriedad social, ¿por qué entonces?». «Cuando llegues a mi edad lo comprenderás». Peter Lim cumplió este sábado 63 años. Unos días antes, empleados, amigos (algunos de su niñez) y jugadores del Valencia le cantaron el cumpleaños feliz en una cena en un restaurante céntrico de Singapur.
El ambiente era distendido. Estaban su mujer, Charie y su hija, Kim. Por supuesto, la presidenta del Valencia, Layhoon Chan. Aunque ninguna mujer se sentó en la mesa principal del magnate, siguiendo la tradición china de separar por sexos las celebraciones. La mesa principal estuvo reservada para su amigo el príncipe malasio de Johor, que guarda 150 coches de lujo en su casa, para el director deportivo del Valencia, Suso García Pitarch, y para el entrenador, Pako Ayestarán, entre otros.
En Singapur, Lim es considerado un filántropo que reparte millones en becas a niños desfavorecidos. Sus empleados lo veneran: «Nadie puede estar fingiendo ser buena gente durante 63 años», dijo ayer uno de ellos. Layhoon es la número 1 de sus trabajadores, la encargada de diseñar esta semana una gira por Singapur por la biografía sentimental de Peter Lim para cinco de los jugadores (Jaume, Ryan, Javi Fuego, Santi Mina y, más tarde, Paco Alcácer), además de la presencia de Ayestarán y Pitarch. El pasado sábado, ya apunto de cerrar el tour, Lim se reunió con los jugadores y les hizo sentir que forman parte de una familia, según cuenta Javi Fuego. Se había cerrado el círculo de la visita.
Lim lleva un teléfono móvil de esos antiguos que ya no se fabrican. Se le ve feliz rodeado de gente que le quiere. Su inglés es un poco ensimismado, difícil de entender en ocasiones (y mucho más por teléfono), pero sus ideas son claras. Sabe que la próxima temporada es la decisiva para él en el Valencia, sin rémoras de gestiones anteriores.
Todo empezó el martes. Después de un vuelo de más de 12 horas desde París, la expedición fue recogida en el aeropuerto de Singapur por Layhoon Chan y Charie, además de una cincuentena de fans. «Ahora sabréis lo pesado que es para mí hacer este viaje cada 15 días», bromeó la presidenta. La primera visita, a la mañana siguiente, fue a los orígenes de Lim, un barrio humilde donde la gente vive en pisos de 30 metros cuadrados.
La siguiente parada sería el instituto donde se formó Peter, un centro ya elitista creado en 1823. De allí salen muchos de los ministros y políticos del país. Después de la primaria y la secundaria, llegó el momento más trascendente para el propietario de Mestalla, la entrega de 308 becas a niños y niñas desfavorecidos con aptitudes para el deporte.. Para los postres, quedaba un partidillo benéfico contra políticos (de muy bajo nivel técnico) en el estadio Nacional de Singapur, un complejo a la última en todo, con un estadio dotado de refrigeración en la grada y cubierta, que ha costado 800 millones de euros. Las estrellas fueron ese día Albelda y Mendieta, de nuevo con el 6 a la espalda.
Recibieron el cariños de cientos de niños y jóvenes, todos extremadamente respetuosos. El penúltimo día, los chicos de Ayestarán cenaron en un bar especializado en cerveza. Propiedad de Lim, por supuesto. Solo faltaba un homenaje a la lucha de Layhoon contra la desigualdad de género, y un día para los futbolistas en el parque de atracciones de Singapur. Ha sido una semana de culto y acercamiento al ciudadano Lim..
