¿Qué tuvo de especial el viaje a Singapur?
Me había tocado ir a Hong-kong y el año pasado a Nueva York y a Columbus. Tenemos la suerte de conocer mundo a través de estos viajes, pero este de Singapur era especial porque es el país del dueño (Peter Lim). Hemos podido tener una charla tranquila con él. Nos ha comentado su parecer sobre el club y la temporada. Me ha sorprendido que esté al tanto de los detalles del vestuario. Está muy involucrado en esto y en hacer las cosas bien.
¿Lim pretende controlar el vestuario?
Lo que quiere es instaurar unos valores fuertes a los que acogerse: de trabajo, de respeto por el trabajo, de respeto por el compañero.... y eso es la que da una filosofía y una identidad desde el propio Peter Lim hasta el último trabajador de Paterna.
¿Qué mensaje les trasmitió?
Que lo demos todo. Él es muy forofo del deporte y entiende que dentro del deporte hay años buenos y malos e incluso dentro de la temporada, pero no debemos dar sensación de dejadez o de que cualquier partido nos importa menos. Ser buenos profesionales y buenos compañeros con los nuevos que puedan venir. Él va a estar respaldándonos. Y eso te da la tranquilidad de que tiene las ideas claras y de que hay un proyecto serio y sólido.
¿Se sintieron una familia como dijo la presidenta, Layhoon Chan?
Sí, fue la primera vez que realmente los sentimos cercanos, ya sea porque aquí no se dieron las circunstancias. Allí, Layhoon estuvo los cinco días con nosotros, y aquí la podemos ver un poco más distante porque no se dan las circunstancias. Agradezco que nos hayan invitado y que nos hayan hecho sentir uno más de su familia.
En la temporada pasada, a los veteranos como usted se les acusó de no tener liderazgo.
Cuando hay una mala temporada, hay muchos motivos para ello. No creo que en ningún club haya ningún jugador muy por encima de los demás en cuanto a liderazgo. Yo creo más en el liderazgo grupal y en el liderazgo de un entrenador. Y eso viene dado si tú tienes unas bases sólidas a las que agarrarte, si todos sabemos lo que tenemos que hacer. Quizá sí faltó liderazgo, pero muchas cosas más en una temporada desilusionante.
¿Le dolió que le quitaran la capitanía?
Yo empecé siendo capitán y actué como tal, pero habría actuado igual sin serlo porque es mi forma de entender el fútbol y la vida: siempre ser responsable, entrenar bien y valorar lo que tengo. Las decisiones de los capitanes las tomaron otras personas en cada momento. Ser capitá o no, no me ha cambiado nada. De cara a fuera habría estado bien dar una explicación de lo que ha pasado, pero a mí no me ha quitado el sueño.
¿Llegó a desconectar del equipo durante la campaña?
Yo también hice muchas cosas mal y alguien debería haberme dado el toque. Todos necesitamos una palabra de ánimo o de ‘espabila’. En el vestuario hemos hablado mucho, ha habido excesivas reuniones, porque al final lo que te saca de allá abajo es trabajar y darlo todo. Para nada quiero dar a entender que yo quería hacer las cosas bien y nadie me escuchaba. Hemos tenido todos la culpa. En una temporada mala nadie se salva individualmente. Debemos entenderlo así.
Cuando se enfrentaron a los mejores, Madrid y Barça, dieron la cara. ¿Por qué?
Sí, hemos sido muy irregulares desde principios de temporada. Hemos hecho algunos partidos buenos y después otros malos en los que parecía que estuviéramos desconectados, y es normal que la afición estuviera enfadada porque nosotros mismos estábamos enfadados. A lo mejor el inconsciente te motiva un poco más ante los rivales que son mejores del mundo.
¿Qué tipo de equipo visualiza para la temporada que viene?
La temporada anterior aquí tuvimos ese equipo, entrenábamos muy bien, competíamos muy bien, lo dábamos todo por el compañero, fuimos una piña. En este vestuario hay nivel, pero no lo hemos sacado. Si ese vestuario se exprime, es más fácil que salgan las cosas bien que mal. Tampoco hay que volverse locos en la configuración de la plantilla. Ahora soy positivo pensando en el futuro.
¿Qué les puede dar Pako Ayestarán?
Es un hombre de club, sobre todo. Está preparado, conoce el club muy bien, ha vivido los mejores años, sabe lo que es la afición, lo que es la presión, y está muy cualificado para llevar este club. Quiere instaurar unos valores con Suso García Pitarch (el director deportivo), que demos importancia a los pequeños detalles, y después es una persona muy trabajadora: en estos partidos que hemos estado con él (los ocho últimos encuentros de la pasada Liga, cuatro derrotas, tres victorias y un empate) nos ha dado herramientas para afrontarlos.
Ayestarán ha dicho que el fútbol que le gustaría que jugasen sería parecido a la segunda parte en el Bernabéu. ¿Han podido asimilar ese estilo en este último tramo con él en el banquillo?
Hay que ser constantes para aguantar todo el partido como en la segunda parte del Bernabéu. Cuando Pako llegó aquí, el equipo no estaba anímicamente para trabajar así, pero sí, un ejemplo bueno sería jugar en campo contrario, tener mucha movilidad y mucho orden defensivo cuando se está atacando para recuperar el balón rápido.
¿Qué le pide al mediocentro defensivo?
Dar soporte, dar una primera salida limpia de balón y después, tanto los centrales como los pivotes deben, estar bien colocados para evitar contras y para hacer que el equipo vuelva a atacar otra vez. Yo disfruto con las vigilancias defensivas cuando el equipo ataca. Me gusta estar pensando por dónde nos pueden atacar para cortarlos.
¿Por qué no ha sido popular la elección de Ayestarán?
Por cómo ha sido esta pasada temporada. La gente ha estado desilusionada desde bastante pronto, y al final, aunque hemos conseguido salvarnos, ese no es el objetivo, y en ese clima de desilusión él fue quien acabó la temporada... Hay fichajes más o menos mediáticos, pero creo que el club ha acertado con él en una línea clara de lo que busca para el futuro.
La presidenta, Layhoon, invitó a la afición de Mestalla a ser más estable en sus manifestaciones cada domingo en el campo. ¿Cree que Mestalla debería ser más tolerante con los futbolistas ?
Está claro que cuando juegas ante tu gente y tienes silbidos o murmullo, es más difícil jugar. La aficiones que son fieles y fuertes, lo son en los dos sentidos. Ahora ves a la afición del Atlético de Madrid y lleva al equipo en volandas. Pero esa afición hace cinco años también apretó y era difícil jugar en el Calderón. Es lo que tiene pertenecer a un club grande. Ojalá se pudiese educar a la afición en positivismo, a estar más predispuesta a la palmada que al silbidos, pero forma parte del fútbol. Tenemos que vivir con ello. Es mucho más fácil jugar en el Mestalla del año anterior que en este. Pero aun así, en partidos clave en los que nos jugábamos casi el futuro de la entidad en Primera, el público ha estado impresionante: el del Espanyol, el del Sevilla... en partidos claves para conseguir los tres puntos. La utopía sería que estuvieran siempre así, que supiera que para el equipo es un plus muy importante. Ojalá estuvieran siempre así, pero yo lo que quiero es que sigan yendo a Mestalla. Lo peor para un futbolista es un estadio vacío.
¿Entiende las críticas de la grada a Parejo?
Los números de Dani Parejo están ahí estas dos temporadas. Han sido dos grandes temporadas en cuanto a números. Pero si el colectivo no tiene rendimiento, lo individual no genera nada. Dani ha hecho las cosas bien, ha tenido etapas malas como todos, pero nunca se ha escondido. Y ha tenido galones para afrontar situaciones complicadas. Creemos que va a ser un jugador importante para nosotros en el futuro. Y la afición eso también lo sabe.
