Acostumbrado a tener la referencia reconfortante de un goleador en todos los equipos que ha entrenado (desde Luca Toni a Balotelli, pasando por Gilardino), Cesare Prandelli se ha encontrado en el Valencia sin un «nueve». El técnico italiano ha tenido que darle la vuelta al calcetín para buscar fórmulas con las que alcanzar el gol sin contar un goleador. En su misma presentación el entrenador ya dejó entrever su idea de llegar al área contraria con más efectivos, recuperando la musculatura de la segunda línea. En el primer intento, todas las intenciones se plasmaron. Victoria y dos goles de un centrocampista, Mario Suárez.

La expedición del Valencia regresó de Gijón con un ambiente jovial en el avión que delataba el alivio, tanto por la victoria como por la llegada de las primeras soluciones. La jugada del primer gol fue un claro ejemplo. Cancelo, imparable todo el encuentro, apuró la línea de fondo y entregó atrás a Dani Parejo, que, en una gran acción, dejó pasar el balón para que Mario Suárez, libre de marca, anotara casi a placer el primer tanto. La posición de Parejo, mucho más cercano al área, es otra de las novedades de Prandelli. El Valencia mejora en el último pase y aprovecha mejor la capacidad rematadora del centrocampista madrileño, con buenos registros goleadores en las últimas campañas.

Sin la compañía de un «nueve», Prandelli ha descargado de responsabilidad al resto de atacantes, a los que ha pesado en exceso una etiqueta, la de goleadores, que no les corresponde por sus características, como sucede con Santi Mina y Rodrigo Moreno. Con las líneas mucho más juntas, el Valencia desempolvó en El Molinón otra de sus virtudes olvidadas, como el contragolpe. Los valencianistas se desplegaron con armonía y fueron varias las oportunidades en el que el rematador tuvo otras opciones de pase.

En su historia reciente el Valencia ha contado con centrocampistas de acreditada facilidad goleadora. Rubén Baraja es uno de los casos más destacados. Sus goles, con la jugada clásica llegando a la media luna del área para armar el disparo, fueron claves en la consecución de los títulos de Liga de 2002 y 2004. En las últimas décadas, el Valencia ha sido un equipo que ha tendido a democratizar más el gol que ha concentrarlo en la figura de un solo delantero, salvo en picos puntuales como Mario Kempes, Pedja Mijatovic o David Villa. En épocas con excelentes delanteros como Lubo Penev, el gol se repartía con centrocampistas con excelente finalización como Fernando, Arroyo y Robert. Otro de los medios con facilidad goleadora que marcaron época fue, en los 70, Pep Claramunt.

Nani se incorpora al grupo

Luis Nani se reincorporó ayer al trabajo con el grupo, una vez superadas sus molestias en el recto anterior del cuádriceps. El jugador portugués no viajó a Gijón para no arriesgar su presencia contra el FC Barcelona.