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Kim es el último de los problemas

Kim es el último de los problemas

Mientras Enzo Pérez reconocía ante las cámaras de BeIn Sports que el Valencia había «tocado fondo» tras consumarse el empate contra el colista (5 puntos de 36 posibles), algunos jugadores aplaudían la clemencia y la paciencia de Mestalla en una tarde que en otra época hubiera acabado, como poco, con destituciones. Otros, como Nani „quien parece que no tiene nada que agradecer al respetable„ regalaban camiseta y sudadera en la otra punta del campo. Así fue otro partido en la que presión volvió a apoderarse de una plantilla que simple y llanamente no está a la altura de la grandeza del Valencia. Ni siquiera en la celebración del gol el equipo fue capaz de juntarse. La situación está superando al vestuario. Por eso es comprensible que una de las primeras palabras a las que acudió Prandelli nada más comenzar la rueda de prensa fuera tranquilidad.

El italiano es el último culpable de una lista muy definida de responsables que en una sociedad seria ya deberían estar de patitas en la calle. El primero de ellos, el director deportivo. Con un delantero de nivel medio al que acudir, los tres puntos de ayer (no es la primera vez de la temporada) se hubieran quedado en Mestalla. Apostar únicamente por Munir como recambio de la sociedad Alcácer-Negredo es una negligencia del tamaño de Singapur. Y ahí sigue el fenómeno, repartiendo abrazos y haciendo relaciones públicas. Esa carencia ofensiva „no es la única„ podría tener solución en enero, donde nunca se ficha lo que se quiere. Si acaso lo que se puede. Hasta entonces, es lógico que Prandelli pida tranquilidad. Como también lo es que Enzo reclame unión o Garay solicite tiempo.

Ninguno de los tres cuenta con una variable determinante. El personal no se acostumbra a ver a su equipo flirteando con la zona de descenso por segunda temporada consecutiva. Pero esa es la cruda realidad cumplido el primer tercio de temporada. Cuanto antes sea asumida por el 100% del entorno, mejor. Ya habrá tiempo de seguir exigiendo responsabilidades a Meriton y a la desconcertante gestión del señor Peter Lim. Pero mayo queda lejos. Antes, el objetivo debe ser generar un clima lo más confortable posible para todos aquellos que se ponen la blanquinegra semana sí y semana también. Rescatar a un grande del abismo de la clasificación en Primera depende, lamentablemente de ellos. No depende de usted ni del que escribe.

Y tampoco depende, en este caso por fortuna, de la fidelidad a unos colores ni el tacto de Kim Lim. Aunque seamos serios, el último de los problemas del Valencia es el Instagram de la hija del dueño. Resulta curioso cómo muchos de los que jesuseaban a Meriton durante el ignominioso proceso de venta ahora se escandalizan porque la nena vaya a Old Trafford. Como si no quiere volver a Mestalla nunca más. El drama es para la hostelería nocturna de la ciudad, no para la SAD. Aquí lo sustancial sigue siendo lo de siempre: el equipo, ganar partidos, clasificarse para la Champions. Si los señores/as que ostentan el poder ejecutivo gestionan el club con la seriedad y exigencia que merecen casi cien años de historia, no hay objeción alguna en que lo hagan a distancia o a través de terceros.

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