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Entrevista

Darío Felman: "Peter Lim estuvo a 5 metros de Kempes y no se acercó a saludarle"

El exjugador argentino dice que el dueño le ha pegado una patada a la historia del club con la destitución del Matador

Darío Felman: "Peter Lim estuvo a 5 metros de Kempes y no se acercó a saludarle"

En las 2 horas que dura la charla, en una heladería argentina elegida por el exfutbolista del Valencia, el teléfono de Darío Felman parpadea varias veces. Hay una llamada perdida y varios whatsapp de Mario Kempes, una muestra de la complicidad entre los dos argentinos que formaron pareja de extracomunitarios en el equipo campeón de la Recopa de 1980. Hoy disfruta con el ambiente del fútbol base en el Malilla, donde juega su nieto, y sufre con la gestión del Valencia y la despreocupación hacia sus referentes.

¿Qué opina de la desvinculación de Kempes como embajador del Valencia?

Le han pegado una patada a la historia del Valencia. Como amigo y excompañero, me ha sentado mal. Me molesta porque no han respetado al mejor futbolista que ha pasado por esta tierra. Y no lo han sabido explotar, porque en 3 años lo habrán llamado 7 o 8 veces, y de esas ha hecho dos cositas insignificantes para la magnitud de jugador que ha sido. A veces se preguntaba: «Pero ¿qué estoy haciendo yo aquí?» Debería haber sido como embajador de un país, pero todos sabemos que no lo han sabido aprovechar. Mario fue el mejor futbolista del mundo, el Messi de ahora. No haberle dado sentido a eso ha sido el error más grande de la gente que regenta el Valencia.

¿Está de acuerdo con las críticas de Kempes a la gestión del Valencia?

Mario puede decir lo que quiera. Dice las cosas con el corazón, se ha ganado el derecho a decir lo que piensa. Lo ha hecho con respeto. Además, ¿te puedes creer que Peter Lim no conoce a Mario Kempes? ¡Han estado a 5 metros y no se acercó a él! ¿Te lo puedes creer? Con cosas así se demuestra que el Valencia es una empresa y que se olvidan de lo más importante. Que es un sentimiento, que la gente llora, que mi nieto llora. Mario puede conseguir que los niños se identifiquen con el Valencia. Tenemos que volver a trabajar socialmente. Mira a Rainer Bonhoff (una de las figuras de aquel equipo), ahora es vicepresidente del Borussia Mönchengladbach. Hay que recuperar a los referentes e integrarlos en el club de una forma u otra. ¿Por qué no Kempes? ¿por qué no Claramunt, Tendillo, Juan Sánchez, Albelda, Baraja...? Frank Arnesen podría haber sido el director deportivo, por ejemplo. A mí me gusta que el club, si se equivoca, lo haga bien, con gente de la casa, como con Suso (García Pitarch), Djukic o Pellegrino, pero no con amigos del dueño.

Peter Lim se ha despreocupado de la identidad, quiere decir.

Totalmente. Mientras, los otros nos adelantan por la derecha. Mira al Sevilla, al Atlético o al Athletic. Van creciendo con su gente. ¿Cuántos valencianos hay en el primer equipo? Hay 3 y uno de ellos (Carlos Soler) es gracias a Voro. A los exjugadores no nos felicitan ni en el cumpleaños. ¿Cuánto puede costar homenajear a un exjugador en un descanso en Mestalla? Luego se mueren y hay un minuto de silencio. ¿Pero qué hacen cuando estaba vivo? Nada. Saura estuvo 27 años sin ir a Mestalla y en ese tiempo no había recibido una llamada. El club debería integrar a exfutbolistas en el área social y deportiva. A mí me hubiese encantado, por ejemplo, que cuando vino Enzo me hubiesen dicho a mí, o a otro exjugador argentino: «¡Encárgate de él! ¡Guíale!» O haberlo hecho con Banega. Que apenas se bajen del avión vean una cara conocida, porque esta ciudad te atrapa.

¿A quién sentaría en una mesa con Lay Hoon o Lim?

A Pepe Baello (histórico socio nonagenario del club). O a cualquiera de mis otros 4 amigos que me regaló el Valencia: el propio Kempes, Ricardo (Arias) o Paco Borrás, el fundador de Ressy (la marca deportiva que vestía al Valencia en los 70). Preguntemos a gente que lleva el escudo grabado a fuego en el corazón. Aquí venían a aprender de nosotros y ahora es al revés. Te digo que con gente de la casa, canteranos como Nabil o Chirivella no se habrían ido de la escuela. No es lo mismo que les hable Tendillo o Sánchez que cualquiera. Los chavales no se van por dinero. Se van por falta de afecto.

¿A qué puede aferrarse el valencianismo?

A su gente. Es lo único bueno que nos queda. La afición sigue yendo al estadio. Pero hay que cuidarla y con la cachetada a Kempes es todo lo contrario. No sabes el cariño que recibimos los exjugadores en las calle y no sabes cómo devolvérselo. Mario, por ejemplo, cada vez que viene jamás niega un autógrafo o hacerse una foto, aunque esté hasta las 5 en un restaurante. «De verdad que te admiro, hijo de puta», le digo. Ahora los jugadores van con guardaespaldas y van a las peñas y están 10 minutos.

El Valencia, ¿tiene buenos jugadores?

No, pero criticamos a Enzo Pérez y a Parejo y luego cuando no juegan el equipo es un desastre. Carlos Soler los ha hecho mejores, porque es ordenado, tiene sacrificio y te la devuelve «redonda». A Parejo le da la libertad que necesita y la posición ideal de Enzo es por delante de los 4 defensas.

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