Acostumbrado, o más bien resignado, a contar con las piezas justas para conservar un «once» de garantías, a Voro González se le abre una extraña ventana, la de la abundancia. Mañana en Mestalla, ante el Athletic Club, el técnico del Valencia tendrá que realizar algún descarte sonado en su alineación titular, ante la variedad de recursos que se le abren en el centro del campo. La irrupción del canterano Carlos Soler, el fichaje de Fabián Orellana y la recuperación definitiva de Enzo Pérez después de sus molestias musculares han multiplicado las opciones de juego en la medular.

En el entrenamiento de ayer en la ciudad deportiva de Paterna, penúltimo antes de la visita del equipo de Ernesto Valverde, Voro no ensayó con ningún plan concreto. En uno de los equipos unió a Carlos Soler, Enzo Pérez y Dani Parejo, mientras que en la otra formación juntó a Orellana con Zaza. De la unión de esas dos fórmulas debería nacer la apuesta contra los «leones».

El doble pivote formado por Enzo y Parejo es innegociable. Soler, de regreso tras su expulsión contra el Eibar, completará el triángulo, unos metros más adelantado. En ataque, el 4-3-3 se completaría con Luis Nani por la izquierda, Fabián Orellana escorado a la banda derecha y Simone Zaza como punta de ataque.

Con esa previsión, será Munir El Haddadi quién se quede fuera de la alineación. El delantero hispano-marroquí había mejorado sus prestaciones en las últimas semanas, coincidiendo con la llegada de Voro al banquillo. Etiquetado como excesivamente anárquico y poco implicado con el juego colectivo en los tiempos de Cesare Prandelli, su esfuerzo a la hora de presionar había aumentado. De ese ímpetu defensivo, todavía por dosificar, llegó su expulsión contra Las Palmas. A pesar de esa evolución, es el jugador de esa franja del campo con unas maniobras menos colectivas.

Ya en el último encuentro contra el Betis, se vio una especial conexión entre Nani, Parejo y Orellana, jugadores todos ellos de un perfil muy técnico y asociativo. A esa concentración de talento se uniría Carlos Soler, y garantizaría al Valencia contar con una base de calidad que facilita el control de la posesión, el dominio sobre el rival y la facilidad para dar el último pase. En definitiva, un equipo que con su personalidad en el centro del campo logre sobrevivir a su principal defecto: la falta de contundencia en las dos áreas.

La hora de Zaza

Munir sería el revulsivo para la segunda parte, mientras que Zaza será titular. Las lesiones de Mina y Rodrigo empujan al italiano hacia su reivindicación. Por el estilo físico de su juego, Zaza es un jugador que necesita minutos para entrar en calor, es menos aprovechable saliendo del banquillo. Le esperan titularidades para justificar la inversión de su fichaje.