La derrota del Valencia en Málaga ofrece un saldo desolador. El equipo de Voro González volvió a ofrecer su versión más pálida y fue barrido (2-0) por el conjunto andaluz, más temperamental y eficaz en su juego. En pleno debate sobre el futuro del banquillo valencianista, los blanquinegros fueron muy inferiores y esperan una semana complicada. El miércoles afrontará en cuadro la visita de la Real Sociedad, sin los sancionados Mangala y Parejo y con la duda de Garay. El central argentino acabó en el hospital después de quedar levemente conmocionado por un balonazo en el rostro, en la jugada del segundo gol local.

El inicio arrollador del Málaga sorprendió a un Valencia destensado y con muchos cambios. El calendario de partidos de la próxima semana y el número de apercibidos por sanción empujaron a Voro a realizar cambios. Mina suplió a Zaza y la medular se pobló de mediocentros, con la inclusión de Medrán, que no ayudaron a un desdibujado Valencia a controlar la posesión.

A los tres minutos Cancelo, otra de las novedades, evitaba una clara ocasión de gol. La tímida iniciativa del Valencia era cortada de forma demasiado expeditiva, y con permisividad arbitral, por un Málaga muy afilado. Se vio en la dura falta de Camacho a Carlos Soler. Los locales probaban a Alves sobre todo desde media distancia, por mediación de Fornals, mientras que el Valencia no entró en calor hasta pasados los 20 minutos. Fue con una conexión entre Toni Lato y Munir, que escorado a la izquierda apuró la banda y mandó un pase al área pequeña al que no llegó Santi Mina.

En un partido atascado por las imprecisiones y las brusquedades en los balones divididos, el Málaga salió vencedor. Munir pidió un tímido penalti tras una serie de recortes en el área. No perdonarían los malagueños en el 35. Ontiveros centró desde la izquierda con comodidad y Recio, presente en todos los caldos, remataba picado de cabeza. El jugador malagueño se adelantó a la marca de Lato, pero también se vio beneficiado de la no salida de Alves para interceptar el centro.

Sin tiempo para reaccionar, el Valencia recibió el segundo mazazo. Todo un golpe de mala suerte. Garay cayó fulminado al suelo por el disparo de falta de Sandro, que conectó el rechace que, tras rebotar en Mangala, despoistó a Alves. Minuto 39, 2-0 y Garay, aturdido, era evacuado al hospital.

En vez de sacar a otro central natural, Voro prefirió retrasar a Enzo Pérez a la defensa e incorporar a Fabián Orellana. Pero la realidad dibujó una segunda parte en la que el dominio territorial del Valencia fue improductivo. El Málaga no rebajó la intensidad y mantuvo el control del juego. El equipo de Míchel contó con contragolpes para marcar el tercero, como en el disparo de Sandro atajado con los pies por Alves. El partido solo depararía noticias negativas para el Valencia. Sin importunar en ningún momento a Kameni (solo Mina y Mangala, en el descuento, contaron con una ocasión), Parejo veía la tarjeta que le impedirá jugar contra la Real Sociedad. En los últimos minutos, el Málaga dominó a placer y arrancó los "olés" del público de la Rosaleda.