El Valencia CF finalizó la pasada Liga con los peores registros estadísticos defensivos de su historia, y los números condenaron al equipo a clasificarse al final de temporada en la zona de nadie de la tabla. Marcelino tenía muy claro a su llegada a Mestalla que, para recuperar el hábitat natural del equipo y estar entre los cuatro primeros, era necesario construir desde la defensa y cerrar la portería de una vez por todas.

A los pocos meses, los resultados le han cargado de razón. El Valencia pese a que Marcelino no ha repetido la defensa titular en las seis jornadas de Liga que se llevan disputadas, y el equipo es uno de los tres invictos junto al FC Barcelona y Atlético de Madrid. Tan solo en una ocasión, en los partidos ante el Atlético y Real Sociedad, el asturiano ha repetido la pareja de centrales: Garay y Gabriel Paulista.

El Valencia se ha caracterizado en este inicio de campeonato por su solidez defensiva, y completar casi a la perfección la fase de transición, con los automatismos bien definidos. El equipo solo ha encajado cinco goles en las seis jornadas de Liga que se llevan disputadas.

El porcentaje de tantos en contra es de 0´83, menos de uno por encuentro. Esta cifra de solo 5 tantos en contra le coloca como el cuarto equipo menos goleado, por detrás del FC Barcelona (2), Sevilla (3) y Atlético de Madrid (4), y por delante del Real Madrid (6). Curiosamente, el Getafe, décimo en la tabla, solo ha encajado cinco goles con el valenciano Vicente Guaita bajo los palos.

En la diferencia entre goles marcados y goles encajados, el Valencia escala una posición y se sitúa tercero con un +7 (123 a favor y cinco en contra), por detrás del FC Barcelona (+18) y del Atlético de Madrid (+8), justo por delante del Madrid, que es cuarto (+5), y del Sevilla (+4), que es sexto en estos registros.

Ahora la labor de Marcelino se centra en lograr la excelencia con el equilibrio. El entrenador brasileño Tim acuñó una de esas frases que pasan a la historia. Cuando era el seleccionador de Perú, a mediados de la década de 1970, afirmó: «El fútbol es una manta corta: si te tapas los pies, te descubres la cabeza, y si te tapas la cabeza, te descubres los pies» Aplicado al fútbol, el axioma significa que un equipo demasiado defensivo puede renunciar su capacidad ofensiva, y viceversa. Y en eso anda Marcelino. El técnico asturiano está empeñado en encontrarle el talón a Tim.

El partido ante la Real evidenció que el Valencia está muy cerca de conseguirlo. Porque, además de completar un buen repliegue intensivo, con las líneas bien juntas y todos los futbolista presionando, el equipo supo realizar a la perfección la transición ofensiva para matar el partido al contragolpe. Ahora bien, en los partidos de Mestalla, en los que el rival se cierre, quizá se acuse la ausencia de un futbolista que permita más fútbol por dentro. La figura del media punta sugiere otro debate.