Gerard Sánchez, Valencia

Con estas palabras empezaba el concejal del PSPV, Juan Soto, una denuncia y una reclamación que señalaba directamente a la propia alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá y por extensión al concejal Silvestre Senent.

En su comparecencia pública, Soto explicó que el pasado 18 de octubre Rita Barberá trasladó a su dependencias -concretamente al Salón Pompeyano- "una de las obras más valiosas del Museo de Historia de la Ciudad" como es La Sagrada Familia del célebre autor Juan de Juanes y que data del siglo XVI. Esto, según Soto, "es una tropelía sin límite. Una muestra de la concepción cortijera y prepotente del uso del patrimonio municipal y un acto ética y estéticamente reprobable".

Agravantes

El concejal socialista matizó que esta decisión tiene varios agravantes como el hecho de que ésta fuera la única obra de Juan de Juanes que había en el Museo o también que ahora se une, en el despacho privado de Rita Barberá, a los dos únicos Sorollas propiedad del consistorio como son El jardín y La familia. Además, Soto quiso aclarar que esta decisión fue "arbitraria e imprevista ya que ni el director del museo ni nadie tenía constancia de que se iba a hacer el traslado". Sin olvidar el hecho de que no es un caso aislado, pues el concejal popular Silvestre Senent hizo lo propio en 2003 con el cuadro La novia, de Fillol y hoy, cinco años después, "todavía no ha rectificado y lo sigue teniendo en su despacho, con lo cual privatiza el arte e interpone el interés privado al general".

Consecuentemente, Juan Soto y su grupo exigen "la devolución de estos cuadros" y piden que "se exhiban las mejores obras en los museos" argumentando también que "no es comprensible que se reclame mayor asistencia a los museos y que luego se retiren de allí sus obras más atrayentes. Es una perversión de los valores y de la cultura".

Una respuesta prevista

Juan Soto sabía que el Partido Popular respondería, como así fue, e incluso avanzó que dirían algo así como que "esta obra ya estaba en la alcaldía cuando la ocupaban los socialistas -salió de allí en 2003-". Una previsión que responde casi literalmente a la respuesta dada por la concejal de Cultura, María José Alcón, quien además añade que "el PSOE nunca lo sacó del despacho, mientras que el Partido Popular lo ha llevado a los museos y muestras al público". Intuyendo que el Partido Popular echaría la vista atrás, Soto explicó que cuando se creó el Museo de Historia de la Ciudad en 1989, éste sólo contenía colecciones arqueológicas y que no se convirtió en pinacoteca hasta después de la llegada del Partido Popular al gobierno local.

¿Regresión o ciclo?

Siguiendo con su argumentación, Soto aclaró que lo que es realmente "lamentable" es que se dé la regresión del proceso. Es decir, que "cuando el cuadro ya ha pasado a exhibición pública debido a su relevancia y atractivo, se decida, impetuosamente, volver a limitarlo al uso privado". Unas aseveraciones que chocan con la explicación del PP que matiza que el cuadro tiene un "carácter itinerante. Ha estado cinco años en el Museo de Historia y ahora vuelve a su lugar original, que es el Salón Pompeyano, y a continuación volverá a ser expuesto en el Museo y también formará parte de alguna exposición".

Por otra parte, el PP también justifica la nueva ubicación del cuadro alegando que es habitual que las instituciones públicas "tengan algunas obras en dependencias oficiales como forma de representación institucional". Añadiendo también que el Salón Pompeyano y el Salón de la Chimenea es el lugar donde la Primera Autoridad Municipal "recibe a los visitantes ilustres de la ciudad que de esta manera pueden contemplar alguna de las joyas pictóricas que la ciudad -y no la alcaldesa- posee".