Maite Ducajú, Valencia

Los 185 alumnos y 15 profesionales del colegio público de Educación Infantil y Primaria Santa Teresa de Valencia podrán disfrutar, a partir del 11 de este mes, de su nuevo edificio, situado a sólo un par de manzanas del actual en Ciutat Vella. A partir de ahora, los niños estudiarán en condiciones dignas, con aulas mucho más grandes e instalaciones deportivas después de una larga lucha de la comunidad escolar y los vecinos.

El problema es que el traslado se lleva a cabo "dos años y dos meses después de lo previsto", por distintas causas: desde una licitación de las obras tardía en 2005 a las copiosas tormentas, bolsas de lodo en el solar o incidencias técnicas en la construcción, recuerda uno de los representantes de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos del centro que imparte sus clases en valenciano.

El acta de ocupación, por la cual la Conselleria de Educación traspasa el nuevo colegio al ayuntamiento, se firmó ayer. A lo largo de esta semana se realizará la mudanza y, una vez concluido el plazo de presentación de solicitudes de admisión de alumnos en Infantil (que comienza hoy mismo y concluye el 14) se desconectarán los ordenadores y se cerrarán las puertas. El próximo lunes deberán estar todos los niños en sus nuevas clases, porque los padres han querido que el traslado tuviera lugar sin más demora.

El director del colegio, José Manuel Pérez, indicó ayer a Levante-EMV que ya han llenado 150 cajas y tienen otras cien preparadas. Se mostraba satisfecho porque "mejoramos bastante" indicó. Según explicó, "las aulas pasan de tener 30 metros cuadrados a 50-52 metros y una serie de servicios que aquí no teníamos: gimnasio, "galotxa"-ubicados ambos en el último piso-, sala multiusos, informática y una cuarta clase para Infantil".