El concejal de Alumbrado, Juan Vicente Jurado, no consultará con Santiago Calatrava el cambio de iluminación a una más barata que tendrá el puente de Monteolivete, diseñado en parte por el arquitecto valenciano hace diez años. Ni lo ha hecho, ni piensa hacerlo. Y es que los litigios que ha llevado adelante Santiago Calatrava por modificaciones en su obra o en el entorno de la misma no son ningún secreto ya que el arquitecto valenciano guarda con celo la imagen de todos y cada uno de sus proyectos.

Por ello, el edil de Alumbrado, Juan Vicente Jurado, ha decidido actuar sin realizar consulta alguna al autor, sabedor de que "es más que probable que no le parezca bien, y este ayuntamiento no puede continuar asumiendo un coste semejante, en la iluminación de un puente donde, además, la función del alumbrado en cuestión no es la adecuada. Hay peligro para la ciudadanía, y la seguridad es lo más importante".

El concejal popular asegura que el ayuntamiento lleva madurando esta decisión "mucho tiempo" y no titubea al afirmar que el coste de la iluminación del puente "es excesivo", y el alumbrado, "insuficiente". Y es que, en los diez años que lleva abierto el viaducto, el consistorio ha pagado más de un millón de euros solo en el mantenimiento de los 2.090 tubos de neón de la parte de Calatrava en el puente. Con el nuevo alumbrado, el coste se reducirá en 96.864 euros al año.

Sin embargo, el consistorio ha decidido sustituir también la iluminación del otro sector del puente, el que fue construido por el arquitecto e ingeniero José Antonio Fernández Ordóñez, y que cuenta con farolas de seis luminarias. Es más, el alumbrado será el único elemento común entre ambas construcciones -la de Fernández Ordóñez, del año 1992, sobre el antiguo cauce del río Túria-, y la del viaducto de Calatrava, construido en el año 2000 unido al anterior, pero con el sello inconfundible de la Ciudad de las Artes y las Ciencias y del arquitecto valenciano.

Como las del puente de las Flores

De esta manera, el ayuntamiento instalará 36 columnas -con dos luminarias cada una- a lo largo del puente realizado por los dos arquitectos. "Las farolas son iguales que las del puente de las Flores. En total serán 72 focos de luz a cuatro euros de mantenimiento al mes cada una de ellas", dice Jurado. La conservación del nuevo alumbrado será de 3.456 euros al año, lo que dista mucho de los más de 100.000 euros en los tubos de neón "que suponen, además, solo un tercio del puente".

Un arquitecto celoso de la integridad de su obra

El arquitecto Santiago Calatrava protagonizó el primer pleito en España sobre la vulneración de la integridad de una obra de ingeniería. Fue contra el Ayuntamiento de Bilbao por ampliar su puente con una plataforma de otro arquitecto, el japonés Arata Isozaki. En primera instancia, Calatrava perdió, pero tras el recurso, la Audiencia de Vizcaya le dio la razón, -y aunque no le dio la indemnización de tres millones que pedía- falló a su favor con una compensación de 30.000 euros. El consistorio recurrió y el caso está ahora en el Supremo.

En Valencia, Calatrava también ha ejercido la protección de su obra: hizo quitar una barandilla que no le gustó en el puente de la Alameda para evitar que los jóvenes se subieran a la "peineta"; se ofreció a diseñar un semáforo en el puente de l'Assut de l'Or para evitar accidentes, aunque finalmente el ayuntamiento puso uno normal; y se tomó su tiempo, meses, para diseñar una columna de recuerdo de la visita del Papa. m. ros valencia