Bioparc vive un gran momento de felicidad gracias a la explosión de natalidad de los animales del zoo. El último miembro en añadirse a la gran y diversa familia que forma Bioparc ha sido una cría de hipopótamo nacida hace apenas unos días, que eleva ya a doscientos los nacimientos registrados desde la apertura del parque en 2008. La cría de Rigas, que así se llama la madre del pequeño, se suma así a otros como el chimpancé Kimbo, que también ha nacido en el zoo.

Este espectacular índice de natalidad es posible gracias al magnífico entorno que ofrece el parque que simula con gran acierto las condiciones de vida en las que viven los animales en la naturaleza. Así, tenemos por ejemplo, la cría de dril nacida también hace pocos días y que ha sido acogida con gran alegría por la colonia de primates. Muchos de estos animales se encuentran en grave peligro de extinción, como el lemúr, que se encuentra amenazado debido a la deforestación de su hábitat y la caza indiscriminada de los furtivos; o la jirafa baringo, de la que se calcula que apenas quedan unos 500 ejemplares en libertad. Todos estos animales se encuentran dentro del programa EEP -Programa Europeo de Reproducción en cautividad de Especies Amenazadas-, cuyo fin es fomentar la reproducción de animales en situación crítica para después reintroducirlos al entorno salvaje.

Aunque no todos los nacimientos han sido fáciles en el zoo: la cría de hiena es vigilada estrictamente por su madre por el temor a que sea atacada por su padre, de manera que los cuidadores han separado a la madre y la hija por un lado, y a su padre por el otro. El bebé jirafa también sufre de conflictos generacionales, porque su madre la ha rechazado y tiene que ser amamantada por los cuidadores. En otras especies ni siquiera ha sido posible el apareamiento, como es el caso del rinoceronte, al que todavía no han podido "casar" con ninguna hembra, o el del gorila macho, que sufre problemas de fertilidad, por lo que habrá que esperar para ver pequeños gorilas en el parque.

Una de las novedades que ha introducido Bioparc es el "bautismo" por parte de los visitantes a las crías que nazcan en el complejo. La pequeña cría de jirafa recibirá dentro de poco un nombre entre Gémino, Tumai, Alí o Melman; que sonará a los más pequeños por ser uno de los protagonistas de la película de animación "Madagascar". Precisamente, la isla africana es una de las zonas con mayor presencia en Bioparc y que por su peculiar y delicado ecosistema es una de las áreas más afectadas por la desertización y la caza indiscriminada.

A este alto índice de natalidad se suman especies diversas como los suricatas esos simpáticos y dinámicos animales que vemos disfrutar de una actividad constante fruto del bienestar del que gozan en Bioparc, las gacelas de Thomson, los sitatungas, que habitan en el hábitat de África ecuatorial y comparten espacio con primates diversos y con los hipopótamos pigmeos y a los que muchos niños se refieren a ellos como "Bambis" o los primates mangabey, de los que sorprende los mimos de los machos con los pequeños.

Los animales combaten el calor veraniego con helados

Los habitantes de Bioparc tampco se libran de las estrictas dietas estivales. La operación bikini de los animales consiste en dietas bajas en calorías como frutas y verduras frescas en el caso de los herbívoros y carnes con bajos índices de grasa para los carnívoros. El plato estrella del verano son los helados de carne o de frutas que hacen las delicias de los animales, y que se dedican a morder, lamer o jugar con ellos. Pese a que todos los animales del parque son originarios de África y están más adaptados al calor, es frecuente verlos cobijados a la sombra o verlos más perezosos de lo habitual. Los cuidadores les ayudan a hacer más soportables los rigores del verano encendiendo los aspersores que simulan la lluvia o llenando y manteniendo fresca las zonas de agua que gozan en todo el recinto. Espectacular resulta la zona de los elefantes que disfrutan de un lago con cascada y resulta habitual verlos retozando y refrescándose con sus trompas.