Una pareja de vecinos de Benicalap encontró ayer por la mañana en el parque del barrio cuatro cepos para pájaros cerca de la zona de juegos infantiles. Alguien camufló entre la hojarasca estas trampas, incumpliendo la ley valenciana de caza que prohíbe estos artilugios, y provocando una situación peligrosa para los pequeños.

Como explicó la pareja de vecinos a este diario, salieron a pasear por el parque poco después de las 9 horas, cuando se abren sus puertas al público. De repente, junto a un banco vieron a un mirlo que no podía moverse. «Cuando nos acercamos observamos que estaba apresado por un cepo», explicaban. Tras liberarlo, el animal se fue volando porque no tenía ninguna lesión aparente en las alas. Sobre el cemento se podía ver horas después una mancha de sangre.

Lo habían encontrado justo a unos metros de la zona de juegos infantiles que los visitantes se topan al acceder por la puerta de la calle Luis Braille. En ese momento la mujer empezó a comentárselo muy enfadada a un hombre mayor que había sentado cerca. Éste, según la vecina, se marchó diciendo que no sabía nada. Al volver sobre sus pasos a lugar del descubrimiento, la pareja vio salir de entre los setos a un hombre que supera la cincuentena. «Decía que estaba buscando una pulserita que había perdido su nieta, pero le hemos visto una bolsa de plástico en la que parecía adivinarse la silueta de más cepos. Como no somos policías no podíamos exigirle que nos mostrara lo que llevaba y se marchó», explicaba su marido.

Artilugios camuflados

Tras este breve intercambio de palabras la pareja se puso a batir la zona por si pudiese haber algún otro cepo. Así fue. Encontraron otras tres trampas junto a la valla de la zona infantil, camufladas entre la hojarasca. Una de ellas tenía apresado un pequeño pájaro muerto. «No sabemos si hay más cepos colocados, estos son los que hemos encontrado», apuntaba la pareja.

Si bien estaban al otro lado del vallado, en la zona de césped, como pudo comprobar este diario, es un espacio en el que también juegan los pequeños. Minutos después del hallazgo un bebé se encontraba gateando sobre la hierba, a pocos centímetros del lugar del que se había retirado uno de estos aparatos.

Los vecinos llamaron por teléfono a la policía para dar parte de lo ocurrido y al guarda del parque, el cual se presenció para desmontarlos. Según señalaba la pareja «los agentes de policía nos dijeron que sólo se personarían en el lugar de los hechos en el caso de conocer la identidad del responsable». Como explicaba uno de los vecinos «a parte del hecho denigrante de usar un cepo, los han puesto al lado de la zona infantil. Si llega a meter el dedo cualquier niño...». «No es ningún aficionado que ponga pan, porque han colado gusanos como cebo», añadía la pareja.