Parecen Don Quijote y Sancho Panza, descansando tras una de sus aventuras por tierras manchegas, pero no. Se trata de "dos picadores descansando", escultura de bronce realizada por Carlos Verdú y que, como indica el nombre, describe una escena torera que el abogado valenciano ha querido plasmar para regalarla al Museo Taurino de Valencia.

A pesar de la hora, la una del mediodía; de la temperatura, más de 30 grados; y del día, último domingo de julio, el auditorio, situado en una carpa en los aledaños de la plaza de toros, consiguió llenarse. Entre los asistentes se econtraba Juan Luis Cervera García, cónsul de Panamá en Valencia e íntimo amigo del autor. El mítico fotógrafo taurino, Cano, tampoco quiso perderse el acto, así como el matador Pedrito de Portugal. La presentación fue dirigida por el periodista de Radio Nacional, Francisco Calvo, que estuvo acompañado en la mesa por el jurado del coso valenciano, Sele Villanueva.

La pieza representa "dos homenajes", según explicó Verdú. "Uno, al subalterno, al que no viste de oro, no abre plazas ni corta orejas, pero que sin embargo, están ahí y su faena es necesaria", expuso el autor. El otro sentido de la escultura es rendir un tributo a José Bayar, "Badila", picador que en 1929 ayudó a fundar la galería taurómaca de la ciudad.

Flaminia Guallart, directora del museo y quien recibió la obra, destacó la "expresividad" de la escultura de bronce, de unos 35 cm de alto y de casi 15 kilos. "Es un honor poder recibir esta pieza, ya que no contamos con muchos fondos escultóricos, menos de un 2%", indicó Guallart. La presidenta informó asimismo que "Dos picadores descansando" se podrá contemplar en las salas de la galería valenciana a partir de septiembre, aunque no pudo asegurar que esté permanentemente expuesta.