El futuro de la Cofradía de Pescadores de Valencia pinta negro. La esperanza de los cinco armadores que han denunciado el supuesto desfalco de 600.000 euros en la entidad disminuye con el paso de los días. Ni siquiera la reunión con la secretaria autonómica de Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua, Mar Casanova, y la subsecretaria de la conselleria, Amparo Montoro, ha servido para encontrar un resquicio de luz al final del túnel.

En el encuentro, celebrado ayer, la conselleria se negó a ayudar económicamente a la cofradía, así como a avalar un préstamo que aporte liquidez y permita pagar a los proveedores. La única ayuda que ofreció la secretaria autonómica es la incorporación de un gestor de la conselleria con la misión de diseñar un plan de viabilidad para la sociedad, a la espera de las decisiones judiciales, que comenzarán en septiembre.

Mientras tanto, los armadores se encuentran ante una encrucijada. O bien aceptan salir a faenar en las aguas de la cofradía a sabiendas que no van a ingresar nada, o bien optan por marcharse a otras zonas para poder obtener ingresos que les permitan hacer frente a sus gastos. De momento, la conselleria les ha avisado que dejar la cofradía supondría la disolución de ésta, sin que nadie la pueda reemplazar.

Como muestra de la insostenible situación, los pescadores se quedaron ayer sin combustible.