Valencia fue el campo de pruebas del infierno en la tierra que desató Mussolini en Barcelona y que ahora va a indagar la Justicia. Los bombardeos indiscriminados de la «Aviazione Legionaria delle Balleari» contra civiles entre el 16 y 18 de marzo de 1938, que en apenas 48 horas segaron más de mil vidas en la capital catalana, se ensayaron en el «cap i casal» 11 meses antes. El sábado 15 de mayo de 1937, tres bombaderos pesados S-81 italianos atacaron el centro de Valencia, dejando una estela de 43 muertos, la mayoría de ellos civiles.

Investigadores como José Luis Infiesta, en el libro «Bombardeos del litoral mediterráneo durante la Guerra Civil», presentan esta acción como «uno de los primeros ataques de terror» italianos sobre las urbes de la retaguardia republicana. El historiador valenciano Eladi Mainar cuenta también en la enciclopedia «La Guerra Civil en la C. Valenciana» editada por Levante-EMV, que ese día los pilotos italianos repitieron la estrategia empleada tres semanas antes en Gernika: mezclar bombas convencionales e incendiarias con el fin de aumentar los daños sobre la población civil.

Una táctica que Infiesta data en Valencia antes que en Gernika. Señala que la escuadrilla de bombarderos rápidos italianos S-79 a la que la Legión Cóndor de Hitler cedió el privilegio de iniciar el 26 de abril de 1937 ese primer ataque masivo de la historia con el fin de aniquilar una población, se había estrenado un mes y medio antes en un bombardeo de la capital valenciana. Esos tres primeros S-79 que el Duce envió en auxilio de Franco realizaron su «bautismo de fuego» el 7 de marzo de 1937 arrojando 2.960 kilos de bombas convencionales e incendiarias sobre el «cap i casal».

El bombardeo del 15 de mayo del 37 dejó historias humanas sobrecogedoras, como la recogida por El Mercantil Valenciano de una niña de 7 años rescatada con vida de entre los escombros 40 horas después del ataque. La crónica de la cabecera histórica de este diario cuenta que en cuanto los bomberos «lograron extraerla, la niña, con ojos de espanto, preguntó: ‘¿Ya ha terminado el bombardeo?’». Este atroz ataque también aparece en las memorias del presidente de la República, Manuel Azaña, pues entre los más de 40 fallecidos estaba el marido de su sobrina: «La pobre Anita había venido como loca, a pedirme auxilio (...) Quiso tomar un taxi y se encontró dentro con un niño sin cabeza. El espanto la tenía medio trastornada».

Así pues, ese martilleo sistemático sobre la población civil en sucesivas oleadas de bombardeos, que hacían inútiles las alarmas antiaéreas y que la aviación italiana había probado con «éxito» en Valencia, fue el que se desplegó a gran escala para martirizar Barcelona. La capital catalana sufrió 118 jornadas de bombardeos durante la guerra, mientras que Valencia fue atacada durante 152 días. En la Ciudad Condal, con más del doble de población, perecieron bajo las bombas 2.500 personas por entre 515 y 847 en Valencia, según las fuentes. La cifra proporcional de víctimas, si se opta por la estimación más elevada de bajas, es parecida: 19 muertos por cada 10.000 habitantes en Valencia por 23 en Barcelona.

Alicante sufrió más que Barcelona

La peor parte, sin embargo, se la llevó Alicante, donde en total 490 personas perecieron en los bombardeos de la Guerra Civil. Es decir, 51 muertos cada 10.000 habitantes, proporcionalmente el doble que en Barcelona. Entre el 6 y 7 de junio de 1938 la capital alicantina fue atacada 11 veces. Además, fue el escenario del «Gernika» valenciano: el bombardeo italiano del Mercado de Abastos el 25 de mayo de 1938, que con 270 muertos fue más mortífero que el pintado por Picasso.

La Audiencia de Barcelona considera que estos bombardeos de terror no han prescrito al tratarse de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Por ello ordena que se remitan comisiones rogatorias al Ministerio de Defensa de Italia para que recabe en sus archivos los nombres los autores de los bombardeos y, si aún viven, se les tome declaración.

Levante-EMV, en un trabajo de investigación del fotoperiodista José Aleixandre, reprodujo hace cuatro años 882 fotos aéreas y documentos de los bombardeos de la C. Valenciana que se guardan en el «Ufficio Storico dell’Aeronautica Militare» de Roma. Este archivo custodia más de 300 cajas con las misiones de la «Aviazione Legionaria delle Baleari», en cuyos partes de vuelo constan el nombre de los pilotos que atacaron las ciudades de la retaguardia republicana.