La Conselleria de Educación ha reconocido al Museo de Informática de la Universidad Politécnica de Valencia como museo de la Comunitat Valenciana, un espaldarazo para el que pasa por ser uno de los primeros espacios de España dedicados a esta materia y también uno de los grandes desconocidos de la ciudad. Tiene la particularidad, además, de estar abierto tantas horas como la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática que lo alberga y ser de entrada gratuita, pues está dispuesto a lo largo de los vestíbulos y los pasillos del edificio 1E.

Antes de iniciar una especie de "visita guiada" para Levante-EMV, su director, Xavier Molero, explicó que el museo se inauguró oficialmente en el año 2001, aunque luego hubo un paréntesis de cierre y se reinauguró de nuevo en mayo del año pasado. Y para empezar el recorrido, Molero explicó el sentido del eslogan "Un museo dentro de una tarjeta perforada" mostrándonos la fachada del edificio, que simula precisamente aquel emblemático elemento de la informática.

Ordenado cronológicamente, el museo enseña máquinas reconocidas a lo largo del tiempo, esencialmente ordenadores de los años 70 a nuestros días, pero también memorias, impresoras, tarjetas etc., todo ello donado por instituciones públicas y privadas y también por particulares.

En sus vitrinas puede verse, por ejemplo, el "Commodore Amiga" que utilizó Andy Warhol en sus composiciones; el Atari de 1985 que daba un sonido mejorado a los conciertos de Madonna, Eurythmics o Jean Michel Jarre; o el primer Apple 2, de cuando el logo de la manzana todavía era una representación completa de la fruta que golpea a Newton en la cabeza.

Pueden verse, así mismo, los primeros teclados inalámbricos de 1985, un primer ordenador portable de 12 kilos de peso o discos duros de apenas 2,5 megas tan grandes como el motor de una lavadora.

El papel de la mujer

Pero en lo que más insiste Xavier Molero es en la recuperación del desconocido papel de la mujer en la historia de la informática y en la importancia del reciclaje. De hecho, el primer elemento de la muestra son unos contenedores para consumibles y restos de máquinas. Y a lo largo de toda la exposición hay alusiones a las heroínas de este mundo virtual. Destaca Ana Byron, la matemática hija de Lord Byron que en la primera mitad del siglo XIX se convirtió en la primera programadora. Y también las seis mujeres que en el año 1946 programaron el primer computador de la historia, todas ellas grandes desconocidas que no salieron a la luz hasta los años noventa.

En realidad, todo el museo tiene una orientación didáctica, empezando por un documental para las visitas guiadas, sobre todo colegios, que son los más interesados. De hecho, uno de sus principales objetivos son los chavales de secundaria, explicó el director. Su único problema es que quieren ampliar vitrinas y en tiempos de crisis no resulta fácil.