El aplazamiento de la reforma del Estatut de la Comunitat Valenciana puede suponer para la ciudad de Valencia la pérdida de 78 millones de euros, según los cálculos realizados por el Grupo Municipal Socialista. Su portavoz, Joan Calabuig, lamentó, además, que el equipo de Gobierno municipal siga instalado en la "pasividad" y no reclame un mayor compromiso con los valencianos.

La reforma del Estatut, que trata de blindar las inversiones del Estado en la Comunitat Valenciana, ha sido retirada ya tres veces del orden del día del Congreso de los Diputados. Eso supone perder 500 millones de euros en financiación para toda la autonomía y, teniendo en cuenta que la población de Valencia capital representa el 15% del total, 78 millones de euros para la ciudad, explicó ayer Calabuig, que calificó de "traición" la citada retirada por cuanto el documento había sido aprobado por una amplia mayoría parlamentaria.

Con ese dinero, explicó el portavoz socialista, se podrían haber impulsado proyectos pendientes como el tercer carril de la A-3 en su acceso a la capital, la futura estación central y el eje pasante, la línea 2 del metro o la ampliación del Museo de Bellas Artes San Pío V.

Además, su puesta en circulación podría haber generado, calcula, 1.600 empleos directos y 625 indirectos, es decir, más de 2.200 puestos de trabajo en una ciudad en la que, recordó, "en julio se destruían 20 empleos diarios" y en la que ya hay, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), más de 100.000 parados.

Frente a ello, Calabuig denunció la "pasividad municipal para reivindicar inversiones" después de la "confrontación permanente y partidista que Rita Barberá mantuvo contra el Gobierno socialista". En este sentido, acusó a la alcaldesa de mantener un "silencio cómplice" y "falta de compromiso" con los valencianos, que "merecen una explicación sobre la conversación que mantuvo con Rajoy, porque podemos constatar que ninguno de los problemas que atribuyó al Ejecutivo socialista se ha resuelto".