El PP aprobó ayer la auditoría municipal y las ordenanzas fiscales con reparos de la oposición respecto a la subida de las tasas o el impuesto de vehículos y aplausos a la nueva tasa de los cajeros automáticos.

El concejal de Hacienda, Silvestre Senent, defendió sus medidas asegurando que el incremento del 2,1% (IPC de junio) no es una subida sino una «actualización» para no perjudicar a los ciudadanos que no usan determinados servicios públicos (tasas) y para no seguir entre las capitales que menos cobran de España (impuesto de vehículos).

Para Joan Ribó, portavoz de Compromís, esa explicación valdría en otros tiempos, pero no en éstos ,cuando, según dijo, los salarios y las pensiones no están subiendo en esa medida. Comparado un parámetro y otro, «diga lo que diga, es una subida», apostilló.

El socialista Pedro Sánchez recordó además que el IBI subió en 2012 para dos años y que esa subida ahora se ha consolidado. «No miren al año pasado, miren a 2011, que fue cuando se subió de forma provisional», dijo.

En cuanto a la nueva tasa para cajeros automáticos, que será de entre 503 y 592 euros anuales, la oposición estuvo de acuerdo, pero pidió más, «como ocurre en otras ciudades». Senent reiteró que se ha hecho de acuerdo con los valores catastrales y según las categorías de calles establecidas por la Politécnica. Ribó, de todas formas, le dio las gracias por atender otra de sus propuestas.