El Ayuntamiento de Valencia prepara unos presupuestos generales para el año que viene muy similares a los de este año, con un montante global en torno a los 731 millones de euros y 31 millones de inversión, la mayor parte de la cual se destinará al pago de expropiaciones. Así lo expuso ayer el concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Valencia, Silvestre Senent, en la primera reunión del Consejo Social de la Ciudad, en el que participan organizaciones sociales, vecinales, económicas y profesionales.

Según expuso Senent, los ingresos municipales provienen exclusivamente de los recursos propios del ayuntamiento, la Participación en los Impuestos del Estado (PIE) y las subvenciones. No se recurrirá, un año más, a nuevas operaciones de crédito.

A destacar en este capítulo, la caída de la PIE en 15 millones de euros después de que el año pasado aumentara en 56 y se situara en 319. También destacó Senent el mantenimiento del IBI, que genera más de 200 millones, la aplicación del IPC (2,1%) a las tasas y precios públicos y un descenso no cuantificado de los ingresos por subvenciones de la Generalitat Valenciana.

Gasto contenido

Por lo que respecta al gasto, el gran problema viene impuesto por el Plan de Ajuste Municipal al que se comprometió el Ayuntamiento de Valencia para recibir los 183 millones del Plan de Proveedores. Ese plan le impide firmar nuevos créditos y contener el gasto. Así pues, la plantilla, que consume la principal partida municipal, seguirá bajando por la vía de la amortización de plazas y permanecerá con los salarios congelados. Tampoco se harán horas extra, de manera que globalmente se ahorrarán en este apartado alrededor de 3 millones de euros.

Por lo que se refiere a los bienes y servicios, lo más destacado es el incremento de la partida de alumbrado después de comprobar este año que lo presupuestado se quedaba muy corto. En agosto, de hecho, ya se había agotado lo previsto para todo el año y ha habido que hacer modificaciones de crédito. Por contra, se recorta en gastos de protocolo y se potencia la administración electrónica.

Mención especial merece también el capítulo de la deuda, que es el principal lastre del ayuntamiento, pues supera los 900 millones de euros. Para 2014, la previsión es bajar en 4,5 millones la cifra de amortizaciones, que el año pasado se fijó en 78 millones, y bajar los gastos financieros en 3 millones debido a la reducción de los tipos de interés.

Finalmente, Silvestre Senent anunció un capítulo de inversiones también muy parecido al del año en curso, para el que se previeron 31,2 millones de euros. La diferencia es que en esta ocasión la mayor parte de esa partida será para pagar expropiaciones.

Como novedad importantes de estos presupuestos, el concejal de Hacienda habló de las subvenciones, convenios y aportaciones a entidades, que se mantienen como el año en curso pero que deberán enmarcarse dentro de un Plan Estratégico de Subvenciones que será aprobado próximamente por el pleno.

Tras la intervención del concejal de Hacienda, el presidente del Consejo Social de la Ciudad, Ramón Isidro Sanchis, ofreció el uso de la palabra a cada uno de los representantes presentes en el Salón de Plenos, aunque ninguno hizo uso de ese derecho.

Inmediatamente después, los miembros del consejo acordaron, por unanimidad, la convocatoria de las próximas sesiones por medios electrónicos.