Setenta y siete proyectos de vida rotos en un año, desde el 1de noviembre de 2012 hasta el 30 de octubre de este año. Setenta y siete mujeres asesinadas, según indicaba ayer el Movimiento Feminista de València en una esquela para conmemorar el Día Internacional contra la violencia de género que prefieren describir como violencia machista. Velas encendidas en memoria de las víctimas de una guerra que se vive puertas adentro y en la que los muertos son del mismo sexo.

Las calles de Valencia se llenaron ayer de mujeres vestidas de negro y violeta por su sexo para no olvidar a la víctimas en una manifestación que congregó a centenares de personas.

Bajo el lema «77 assassinades és terrorisme masclista» se representaron a las mujeres asesinadas con la presencia de otras tantas mujeres que llevaron una antorcha y un cartel con el nombre y la fecha de la muerte de cada víctima.

«Queremos acabar con la violencia machista y eso hay que hacerlo desde la educación», declaró Ángela Escrivano, coordinadora de la protesta y portavoz de la asociación Dones en Acció que agregó que el sistema educativo actual «es un reflejo de la desigualdad».

Escrivano también se refirió a «la normalización» de los asesinatos. «Si se matase a los políticos estaríamos todos en la calle, el problema es que son mujeres», recalcó.

«Hay que erradicar también la violencia institucional», reivindicó Marcela Jabbaz, portavoz de la Asociación de Mujeres Martínez Cubells.

La manifestación discurrió por el centro de la ciudad, desde los jardines del Parterre hasta la plaza del Ayuntamiento, donde las asistentes formaron un círculo en cuyo interior depositaron los carteles con los nombres de las víctimas.

Por otra parte, la Unió de Llauradors señaló ayer que las mujeres que sufren violencia de género en las zonas rurales de la Comunitat Valenciana tienen dificultades añadidas a las que ya de por sí tienen las que habitan en las zonas urbanas.

El lugar de residencia puede tener un efecto condicionante a la hora de manifestar la existencia de violencia de género y por ello esta organización agraria exige actuaciones concretas para apoyar la ruptura del silencio en este entorno.

El sindicato CSI-F, por su parte organizó una donación de sangre entre sus afiliados para promover la idea de «Donar vida», en vez de quitarla.

El secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, declaró ayer que las sedes socialistas «serán distinguidas con el lema Espacio libre y seguro de lucha contra la Violencia de Género» y se convertirán en «zonas seguras para mujeres víctimas de maltrato».