Mientras no exista una verdadera Europa social, con una legislación común, no podremos hablar de una auténtica igualdad de todos los ciudadanos de la Unión Europea, como proclamaba el Tratado de Maastricht, ya que los grandes proyectos que se plantean en la Estrategia Europea sobre Discapacidad 2010-2020, y que con entusiasmo reclama la vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía, Viviane Reding, sólo se alcanzarán para una parte de esa Europa de dos velocidades.

El Día Internacional de la Discapacidad, que se viene celebrando desde que fuera proclamado en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y posteriormente acogido también por la UE, se ha desarrollado con muchos oscuros y pocos claros, precedido en la Comunidad Valenciana por una gran movilización de la discapacidad, donde el sector volvió a exigir el pago de meses de atrasos, pero además, con el desánimo de miles de personas con discapacidad que cada vez son más conscientes del desamparo institucional que sufren.

La coincidencia de esta fecha con el décimo aniversario del Año Europeo de la Discapacidad, ha de ser un impulso reivindicativo para seguir reclamando la supresión de las fronteras, dentro de la UE, también para las personas con discapacidad, donde se termine por concretar la ansiada tarjeta europea de la discapacidad, que unifique y homologue en derechos a todos sus ciudadanos, y del mismo modo, se vertebre una legislación comunitaria en el ámbito social, que no esté sustentada en meras declaraciones institucionales o recomendaciones a los Estados, sino que se introduzca en el ordenamiento jurídico nacional, imponiendo ese modelo europeo que aspira a proyectarse mucho más lejos de lo puramente económico.

Me gustaría pensar, aunque fuera sólo por el Día de la Discapacidad, que dejaremos atrás los recortes inasumibles que se han realizado en los centros especiales de empleo, los retrasos en el pago de las ayudas a centros de atención y asistenciales, o la supresión de la gratuidad en los medicamentos, incluso en los menores con discapacidad, pero desgraciadamente esos tímidos brotes que nos anuncian desde el gobierno central, que no sabemos si llegan a ser verdes, parece que en 2014 no se verán trasladados al sector de la discapacidad y/o dependencia, por lo que hoy más que nunca, redoblemos compromisos, esfuerzos y alientos para seguir luchando.