Tres asociaciones gitanas se reunieron ayer con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, para tratar básicamente tres asuntos: el aplazamiento de la deuda contraída por los puestos de los mercaditos; el absentismo y fracaso escolar de los niños gitanos y la celebración de un gran acto el próximo otoño para mejorar la convivencia entre etnias.

En la actualidad, el 70 % de los puestos de mercados extraordinarios están regentados por familias gitanas. Es, en realidad, su principal ocupación en estos momentos. La crisis, sin embargo, ha hecho que muchos de estos puestos no estén al corriente en los pagos a Hacienda y tampoco al ayuntamiento, que les cobra una tasa por esta concesión.

Ayer, el presidente de la Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas, Francisco Santiago, planteó, por tanto, la necesidad de aplazar los pagos siempre dentro de la ley, propuesta a la que accedió la alcaldesa, según ratificó también la concejala María Jesús Puchalt.

Otro de los planteamientos que estuvo sobre la mesa fue el absentismo escolar y el fracaso escolar de los niños gitanos. Según Alfredo Maya, presidente de Maranatha, el 95 % de los menores gitanos no termina la Educación Secundaria, por lo que el ayuntamiento y las entidades se instaron a trabajar en este sentido. Para empezar, Francisco Santiago pidió que la actual ley no sea «un corsé» que termine siempre en la sanción a los padres que no llevan a sus hijos a la escuela, un asunto en el que, como recordó la concejala de Servicios Sociales, Ana Albert, ya trabaja el consistorio.

Tanto para una cosa como para otra se crearán grupos de trabajo que coordinarán las actividades, lo mismo que ocurrirá con el gran acto que se prepara para el mes de noviembre. Serían unas jornadas encaminadas a dar a conocer al pueblo gitano y a promover la convivencia con el resto de los vecinos. Y el evento que más ilusión les hace es un partido de fútbol en el que aún no tiene definidos los contrincantes pero en el que participarán los agentes de la Policía Local de Valencia.